MIS BUENOS DIAS
Respuesta a la carta de ayer

MIS BUENOS DIAS <BR>Respuesta a la carta de ayer

RAFAEL MOLINA MORILLO
Ayer publiqué una carta del señor Héctor Williams Zorrilla, con reflexiones sobre la impunidad y la corrupción, e interesantes referencias a los protagnismos de Balaguer y Bosch en la historia reciente del país. Esto provocó, entre otras, la reacción de una señora lectora, Amanda Ubiera López, que bien vale la pena transcribir. Dice así:

“Permítame desahogar el maremoto que ha desatado en mí el comentario del señor Zorrilla. Dice él que la sociedad dominicana se ha desarrollado según el patrón de dos políticos: el Dr. Joaquín Balaguer y  el Profesor Juan Bosh, y que según el tiempo de actuación de cada uno, así fue la intensidad de sus influencias.

“Clasifica a ambos personajes, uno (Balaguer) como sinónimo de impunidad, la reencarnación de Maquiavelo; y el otro (Bosch) su antitesis, el que representa el principio cristiano, el “servant leadership” (aquí tuve que parar de leer para secarme las lagrimas).

“Me parece que es un error el encerrar estos personajes en definiciones tan puras, porque ellos, al igual que cada uno de nosotros, tuvieron sus luces y sus sombras que marcaron, como bien dice, nuestra sociedad. Esto explicaría las lágrimas del Sr. Zorrilla cuando el Profesor Juan Bosh levantó la mano de su  discípulo el Dr. Leonel Fernández, lágrimas que puede que le recordaran (me tomo esta atribución de imaginar) aquel acto patriótico en que ambos personajes antagónicos  se unieron para lograr el triunfo del PLD, ya en bien del país, ya en función de sus intereses personales.

“¿No significa un acto de impunidad por parte del Profesor Juan Bosh, su presencia en aquel acto “patriótico”, su abrazo al Maquiavelo Dominicano frente a toda la historia de corrupción que envolvía al Dr. Joaquín Balaguer?

“Entonces, para sus fines, por el móvil que lo llevó a este encuentro, puede decirse que el Profesor Juan Bosh, actuó maquiavélicamente en pos de lo que él consideraba el bien del país.

“No entiendo las lágrimas del Sr. Zorrilla frente a las condiciones de vida del profesor. Ver a una persona viviendo según lo que predica, es más motivo de orgullo que de tristeza. Cada quien, al elegir una carrera, un destino, sabe los beneficios económicos que éstos pueden generar. Una casa alquilada, una oficina humilde no son termómetros para determinar la satisfacción de la vida de una persona.

“Pero sí debe darnos pena, ver lo deficientes que fueron sus discípulos que, una vez en el poder, se arroparon con la bandera de la impunidad y conjugaron el verbo corromper en todos sus tiempos.

Hoy, nuevos líderes llevan el tren del estado, tienen sobre la mesa varias cartas qué jugar. Son estas: la corrupción, la impunidad, el interés del país, el interés personal.

“Como barajen las cartas, así se  marcará el destino del país.”

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