Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Dentro de la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa 9SIP) que se desarrolla en Quito, desde donde les escribo, se difundió el libro Mapa de riesgos para periodistas que con una relación de casos, ejemplifica y documenta la violencia contra los periodistas, indaga los elementos que la generan y explica cómo esta repercute en la tarea profesional.
Según se explica en el libro, desde enero de 2005 hasta hoy, quince periodistas han sido asesinados en América Latina. Las estadísticas de los últimos años demuestran que hay ciertas áreas de nadie, con escasa aplicación de la ley y administración de justicia, donde se coarta la libertad de prensa.
A los riesgos desde el poder, en algunos países se añaden nuevas formas de violencia contra los periodistas y los medios, que provienen del crimen organizado como los carteles del narcotráfico.
La impunidad es terreno abonado para estas repudiables formas de violencia. Además de crear conciencia en la comunidad sobre las graves amenazas contra los periodistas, se debe exigir a las autoridades la investigación policial correcta y el proceso judicial correspondiente.
Estos crímenes afectan no solo a las víctimas inmediatas, sino a las respectivas comunidades de los periodistas asesinados. Por ello, las legislaciones penales deben reformarse para que se contemplen como delitos que no prescriban y para castigarlos con mayor severidad.
