Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
La gente se pregunta si es suficiente un simple cambio de empleo como castigo a un funcionario que ha traicionado la confianza del Presidente que lo ha nombrado para una cosa y hace otra, deleznable por demás. Se pregunta la gente si basta con restarle unas pocas funciones sin importancia a quien se ha valido de malas artes para embarcar al Congreso Nacional en la turbia aventura de aprobar un contrato en el que ya la Presidencia no tenía ningún interés.
Se pregunta la gente si está bien ocultar el nombre del oficial militar que atropelló arbitrariamente a un fotoreportero que hacía su trabajo, dentro del marco de sus derechos constitucionales, privándole incluso de su libertad.
Se pregunta la gente si es suficiente sanción el cambiar a un Director General para ponerlo con iguales funciones en otra Direccion General, después de haber traspasado a una empresa privada las facultades para manejar sumas millonarias pertenecientes al Estado.
Se pregunta la gente si no se exigirán explicaciones a los responsables de haber concertado un préstamo dudoso por 130 millones para supuestamente equipar a la Policía Nacional.
La gente se pregunta muchas cosas.
