Mis buenos días
Aprendamos de los chinos

<STRONG>Mis buenos días<BR></STRONG>Aprendamos de los chinos

RAFAEL MOLINA MORILLO
Un funcionario de alto rango de la China continental fue fusilado por aceptar un soborno. La noticia nos deja perplejos, porque estamos acostumbrados a ver el soborno y el chantaje como instrumentos normales para conseguir lo que queremos.

No faltará quien diga que es cuestión de tablas de valores. Podrán decir que así como hay tribus africanas en las cuales las mujeres andan con los senos al aire, sin que ello ofenda a nadie, esa costumbre es considerada ofensiva en otras latitudes. Pero la comparación no es válida, porque de lo que se trata en el caso que nos ocupa es de corrupción versus honestidad, y en eso parece que los chinos no juegan.

Nuestra sociedad, desafortunadamente, está maleada. Sin embargo, no creo que todo está perdido. Hay que hacer, eso sí, un denodado esfuerzo para rescatar los valores en crisis.

El primer y principal manotazo sobre la mesa debe provenir desde la más alta autoridad nacional. La cancelación fulminante del primer funcionario que sea atrapado en un acto infamante, será la señal para indicar que ha empezado una nueva era. No será necesario fusilar a nadie, bastará con separarlo del cargo y publicar las razones para hacerlo. Y si algún otro vuelve a meter la pata, ¡decreto, con él! Así hasta que todos aprendan la lección.

En esa fórmula tan sencilla no pueden intervenir sentimientos afectivos,  amiguismo, ni pago de deudas políticas. Hay que aplicar, simplemente, la técnica del dos más dos son cuatro, y punto.

(r.molina@codetel.net.do)

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