RAFAEL MOLINA MORILLO
Una mujer y un hombre chocan de frente en sus autos; el golpe es grande, quedando los autos completamente destrozados. Pero increíblemente ninguno de los dos sale lastimado.
Después de salir de los autos, la mujer dice:
— Ay Dios, mira nuestros autos, no quedó nada de ellos y milagrosamente no tenemos ni un rasguño, ¿ no es esta una señal de Dios de que nosotros deberíamos de conocernos, ser amigos, vivir juntos en paz, y hacer el amor por el resto de nuestros días?
Y el hombre contesta: — Oh si, yo estoy de acuerdo contigo
completamente : sí, esta debe de ser una señal de Dios.
La mujer continúa:
— Y mira, aquí hay otro milagro, mi auto está completamente destruido pero esta botella de vino no se quebró; de seguro Dios quiere que nos tomemos esta botella de vino y celebremos nuestra buena suerte.
En eso le da la botella al hombre, el hombre mueve su cabeza en señal de acuerdo, la abre, se toma la mitad y se la regresa a la mujer; la mujer toma la botella e inmediatamente le pone el tapón y se la regresa al hombre.
Entonces éste pregunta:
— Qué, ¿no vas a tomar?
Y la mujer responde:
— No, yo creo que mejor voy a esperar a la Policía…
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