Mis Buenos Días
Cambios de nombres

<STRONG>Mis Buenos Días<BR></STRONG>Cambios de nombres

RAFAEL MOLINA MORILLO
La periodista e historiadora Angela Peña, en su acostumbrada página sobre Calles y Avenidas que publica cada domingo en este periódico, ha dado la voz de alarma sobre la pretensión de cambiarle el nombre a la calle “Danae”, en el barrio capitaleño de Gazcue, por el de “Paseo de los Notarios”.

Danae era el nombre de un navío británico que, a raíz del ciclón de San Zenón que en 1930 destruyó la ciudad de Santo Domingo y causó miles de muertos y heridos, vino directamente desde el puerto de Halifax cargado de ayuda humanitaria para aliviar la situación de esta lejana isla del Caribe.

Cambiarle el nombre a la calle “Danae”, como lo plantea Angela Peña con el aval de historiadores de la talla de José Chez Checo y Emilio Cordero Michel, sería un acto de ingratitud histórica y una ofensa para la mano amiga británica que nos tendió la mano en un momento de tragedia y angustia para el pueblo dominicano.

Ya pasó algo similar cuando se cambió el nombre a la calle “Lord Palmerston”  por el de “Paseo de los Médicos”, en otro acto de ingratitud hacia quien, siendo Canciller de la Gran Bretaña, frenó en 1855 los intentos de invasión haitiana contra la incipiente y débil nación dominicana.

No me explico ese afán de cambiar los nombres históricos y conmemorativos a las cosas, no solamente a las calles, sino también a las provincias y hasta al país, pues no faltan los que proponen que nos llamemos a secas “Dominicana”, cuando desde el juramento de los trinitarios se anunciaba que el nuevo Estado por el que se daría la vida, se llamaría “República Dominicana”.

Es hora ya de que los legisladores y los ediles de nuestros ayuntamientos se preocupen por los verdaderos problemas nacionales y municipales, y dejen quietos los nombres de las calles y avenidas que tienen historia.

(r.molina@codetel.net.do)

Publicaciones Relacionadas

Más leídas