POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Mientras el Jefe de la Policía Nacional dice que aquí la criminalidad no está creciendo, sino que, por el contrario, es la más baja de Latinoamérica, el Fiscal del Distrito asegura que la situación delincuencial dominicana es “delicada” y aboga por la celebración de una cumbre de todos los sectores sociales para discutir la forma de combatir el crimen.

¡Tremenda contradicción entre los funcionarios responsables de la seguridad ciudadana!

El general Bernardo Santana Páez, jefe policial, ha de haber sacado de una fuente confiable el dato estadístico de donde colige que “disfrutamos” de la más baja criminalidad del continente. Eso no puede haberlo inventado. Pero, por otro lado, el fiscal José Manuel Hernández Peguero parece tener su oído pegado al pecho del pueblo para escuchar sus latidos de angustia y desamparo frente a las reiteradas fechorías que nos mantienen en vilo.

¿A quién creerle? ¿A las frías estadísticas o a la cruda realidad que vemos día tras día?

Mientras se decide quién tiene razón, se siente un clamor nacional para que se devuelva a la sociedad la paz y la sensación de seguridad de que gozábamos hace muy pocos años en todo el país. Naturalmente, eso no se puede lograr en un día, ni puede ser obra de una sola persona, sea jefe de la Policía o Fiscal. La descomposición social que da origen a la delincuencia tiene que empezar a ser combatida desde el hogar y desde la escuela. De ahí la importancia de la educación cívica, tan descuidada por los gobiernos que se han sucedido en los últimos lustros.

Más dinero para Educación y menos regalos presupuestarios para los partidos políticos y las ONG’s que no dan fruto: eso podría ser un comienzo de respuesta al crecimiento de la delincuencia.

 (r.molina@verizon.net.do)