Mis Buenos Días
El constructor

<STRONG>Mis Buenos Días<BR></STRONG>El constructor

RAFAEL MOLINA MORILLO
Cuentan por ahí que un constructor de muchos años de experiencia estaba listo para retirarse y le dijo a su jefe sus planes para dejar el negocio de la construcción y vivir una vida más pausada con su esposa, disfrutando de su familia. Echaría de menos su salario, pero necesitaba retirarse.

Su jefe estuvo muy apenado de ver irse a su buen trabajador. Solo atinó a pedirle al empleado si, como un favor personal, podría construirle una casa más, la última. El constructor accedió, pero en breve tiempo era obvio que su corazón no estaba en el trabajo, pues utilizó mano de obra barata, materiales inferiores y no supervisaba la obra con el mismo afán que antes le caracterizaba. Fue una desafortunada forma de terminar su carrera.

Cuando terminó la casa, el jefe vino, como de costumbre, a inspeccionarla y recibirla. Entonces puso las llaves de la vivienda en las manos del constructor y le dijo: “Esta es tu casa, este es mi regalo para tu retiro”.

El constructor tuvo que aceptar vivir en la casa que construyó de mala manera sin saber que era para él mismo.

Al escuchar este cuento, un compañero de trabajo reflexionó que a veces sucede que construímos nuestras vidas en forma confusa y distraída, utilizando materiales de mala calidad, sin darnos cuenta de que al final viviremos en la casa que hemos fabricado.

En efecto, hay que pensar que esta es la única vida que vamos a construir y que la misma es el resultado de las actitudes que adoptemos y de las elecciones que hagamos en cada momento de decisión. Construyamos con amor. La vida de cada uno de nosotros es nuestro propio proyecto.
(r.molina@codetel.net.do)

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