Mis Buenos Días
El peso de la  opinión pública

<STRONG>Mis Buenos Días<BR></STRONG>El peso de la  opinión pública

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Muchos se empeñan en desconocer la verdadera fuerza de la opinión pública. En verdad, la vida nos enseña a cada rato cómo se cometen injusticias y desaciertos sin que de nada sirvan las protestas colectivas. Pero esa no debe ser la regla, sino la excepción.

Una elocuente muestra de ello es lo sucedido hace algunos días con relación al “affaire” del propuesto cambio de nombre de la provincia de La Vega por el de Juan Bosch. Tan grande fue el peso de la opinión pública rechazando, con buenas razones, la insólita idea, que los diputados proponentes depusieron sus intenciones y retiraron el correspondiente proyecto de ley de la Cámara de Diputados.

Esto lo consignamos, no para emitir un alarido de triunfo al estilo Tarzán, colocando un pie sobre la fiera vencida y tendida en el suelo, sino como una demostración de que, cuando los ciudadanos se unen alrededor de una justa causa y actúan juntos, pueden vencer los más empinados obstáculos y hacer prevalecer las buenas razones.

No nos desalentemos si de primera intención nuestras convicciones son ignoradas. Insistamos y busquemos adeptos hasta hacer prevalecer nuestros puntos de vista –a condición, eso sí, de que se trata de objetivos nobles-. La Vega conserva su centenario nombre porque muchos hombres y mujeres con la cabeza bien puesta no vacilaron en decir su opinión y defenderla con buenos argumentos. Ese sistema no falla. Ejerzamos, pues, cada vez que sea necesario, el derecho de la opinión pública.
(r.molina@verizon.net.do).

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