Mis Buenos Días
¿Hacia dónde vamos?

<STRONG>Mis Buenos Días</STRONG><BR>¿Hacia dónde vamos?

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Vivo en el segundo piso de un pequeño edificio de ocho apartamentos donde sólo habitamos seis familias, con guardianes de día y de noche, siete días a la semana.  El vecindario es bueno y luce seguro. Pero no lo es, como tampoco lo es prácticamente ningún barrio o sector de la capital.

Si hablo sobre mi edificio, no es para servirme con la cuchara grande y preocuparme egoístamente tan sólo por “mi” problema, sino para tomar un ejemplo real en este intento de llamar una vez más la atención sobre el estado de inseguridad y desprotección en que estamos viviendo.

Hace apenas un par de días uno de los ocho apartamentos de mi edificio fue violado por ladrones que hábilmente forzaron una puerta, y robaron lo que quisieron. El vecindario se alarmó y varios condóminos llamamos a la Policía cuando suponíamos que los cacos todavía estaban dentro. Transcurrieron horas (dije horas, en plural) y por allí no pasó ni la sombra de un agente, a pesar de la cercanía del flamante destacamento del Centro Olímpico.

Casos como éste ocurren varias veces al día, pero no con simples robos domésticos, sino también con atracos, robos de vehículos, secuestros y asesinatos, ante la mirada atónita e impotente de todos.

El Jefe de la Policía dijo en estos días que los ciudadanos tienen que cuidarse a sí mismos. es verdad, pero entonces, ¿quiere eso decir que los policías ya no tienen que ocuparse de su trabajo? También se ha dicho que las Fuerzas Armadas no deben involucrarse en asuntos de orden público interno. y vuelvo a preguntarme: ¿en cuál guerra internacional para salvar a la Patria están nuestros soldados tan ocupados que no pueden mirar a su alrededor y ayudar a la sociedad que los mantiene?

Lo cierto es que mientras muchos miembros de la Policía Nacional están empujando carritos del supermercado, o sirviendo a empresas privadas o a grandes magnates de la política; y mientras nuestros soldados no pueden ayudar al mantenimiento del orden, porque talvez están a la espera de que el enemigo nos declare la guerra. mientras todo eso sucede ¡estamos desprotegidos! 

(r.molina@verizon.net.do)

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