RAFAEL MOLINA MORILLO
Participación Ciudadana ha dado a la publicidad un contundente documento que pone de manifiesto, con la crudeza de los hechos irrefutables, hasta dónde llega el descaro de no pocos funcionarios y su desafiante irrespeto por las leyes. También exhibe, el citado documento, la ineficiencia o falta de voluntad política de quienes tienen a su cargo hacer cumplir las normas éticas y legales.
Me refiero, claro está, a la que he dado en llamar la lista de la ignominia, porque, publicitada como ya lo está, pasará a ser una mancha que perseguirá para siempre a todos y cada uno de los que aparecen en ella como burladores de las reglas de la sociedad. Son quienes, desdeñando los innúneros llamados que se les han hecho, se resisten a cumplir con el mandato de presentar sus declaraciones juradas de bienes o Declaraciones de Patrimonio, como lo dispone la Ley 82-79.
En dicha lista aparecen nos nombres y las funciones de senadores, diputados, síndicos, vicesíndicos y regidores de todo el país y de todos los partidos políticos.
¿No les da vergüenza? Parece que no. Probablemente a sus hijos sí les avergonzará cuando, en cualquier momento futuro, alguien les diga, con la lista en la mano: ¿Y éste que aparece aquí, no es tu papá? ¿Ø esta otra, no es tu mamá?