MIS BUENOS DÍAS
La mejor limosna

MIS BUENOS DÍAS<BR>La mejor limosna

RAFAEL MOLINA MORILLO
Esta anécdota es histórica, aunque se cambien los detalles con que se cuenta una y otra vez. Y nos enseña una lección importante en nuestro deseo de ayudar a los demás.

Una señora iba a diario a misa y daba siempre una limosna a un pobre sentado a la puerta de la iglesia. Un día la señora se encontró con que no había traído ningún dinero y se lo dijo así al mendigo a la salida: «Perdone. Hoy no le puedo dar nada porque no he traído dinero». Él le contestó: «Hoy me ha dado usted más que cualquier otro día. Hoy me ha hablado usted por primera vez.» Hay algunos que dan poco de lo mucho que tienen y lo dan para que se les reconozca; este deseo oculto hace que sus regalos no promuevan el bienestar.

Y hay aquellos que tienen poco y lo dan todo.

Estos son los que creen en la vida y en la generosidad de su vida: su cofre nunca estará vacío.

Hay aquellos que dan con alegría y esa alegría es su premio. Y hay aquellos que dan con dolor y ese dolor es su bautismo. Y hay aquellos que dan y no conocen el dolor de dar, ni buscan alegría, ni han pensado en la virtud; ellos dan tal como en el valle distante el mirto respira su fragancia en el espacio.

Por medio de las manos de personas como éstas, Dios habla y detrás de sus ojos Él sonríe hacia la tierra.

(De Gibrán Jalil Gibrán, enviado por Agustín Pimentel)

——–

r.molina@verizon.net.do

Publicaciones Relacionadas

Más leídas