Mis buenos días
¿Momentos especiales?

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POR RAFAEL MOLINA MORILLO
A todos nos ha pasado, alguna vez, que esperamos ciertos eventos para ponernos la camisa nueva que está en el closet, el zapato para ir a la fiesta y, en fin, cantidad de actuaciones que sujetamos a circunstancias muy particulares.

Hace pocos días estaba compartiendo en un intercambio de regalos. Uno de los presentes fue premiado con una botella de un fino licor. Entre música, comida, cuentos y festejos, llenos de mucha espontaneidad, la bebida resultó escasa. Había que mandar a comprar más líquido para seguir amenizando el momento. Entonces el que había sido agraciado con la botella de fino licor dijo que la abriesen, para seguir la fiesta.

-“Noooo, de ninguna manera”-exclamó alguien-, “deja ese obseequio para un momento especical”.

-“Insisto –dijo el dueño-, tomemos del licor. ¿Qué más y mejor momento especial voy a esperar, si hoy lo estoy disfrutando con todos los aquí presentes? Hoy lo tengo y no lo voy a dejar escapar”.

Entonces todos caímos en cuenta de que estábamos en un momento especial y de que no valdría la pena futurizar vivencias si allí se estaba dando lo que queríamos.

Nos pasmos la vida pensando y esperando los momentos especiales, y cuando los tenemos a nuestro lado los dejamos escapar.

La vajilla que no usamos sino para cierta ocasión, la sala de lujo destinada para ciertas visitas y cantidad de otras cosas que se convierten en inalcanzables objetos que nunca logran su verdadero aprovechamiento, son ejemplos de lo poco que sabemos vivir. Debemos darnos cuenta de que todos los momentos son especiales y de que la sola condición de estar con vida es una especialidad que se debe tener como la más importante de todas.

Seamos, entonces, más presentes y menos futuros, más nosotros y menos ellos, más hoy y menos mañana.

(r.molina@codetel.net.do)

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