RAFAEL MOLINA MORILLO
Al conmemorarse ayer el Día Panamericano y Nacional del Agua no pude menos que recordar al entrañable amigo fallecido Pepé Justiniano Polanco con su sempiterna frase: “¡Dominicano: el agua es vida, no la desperdicies!”

Efectivamente, ese fue su lema de toda la vida, repetido en su voz en cada cambio de hora a través de su “Radio Continental”, al abrigo de la cual dí mis primeros pasos en la radiodifusión, que culminaron con la puesta en el aire de la llamada “Radio Ahora”, una extensión de la revista que llevó el mismo nombre.

Pepé Justiniano fue un hombre singular. Me atrevo a decir que nunca mató ni un mosquito. Siempre estuvo presto para hacer el bien, ayudar al necesitado y enseñar al novato. Yo fui uno de sus novatos favoritos en la radio, a juzgar por los sabios y desinteresados asesoramientos que siempre me dispensó. 

Por eso, cada vez que se toca el tema de la escasez de agua potable y de la forma como nuestras fuentes acuíferas se van agotando, la memoria de Pepé viene a mi mente. Su vida fue una campaña viviente que intentaba convencer a todo el mundo de la importancia de cuidar el agua. Y su esfuerzo no fue en vano, pues somos muchos los que nos consideramos sus discípulos en esa materia.

Vaya mi homenaje sincero de recordación para el buen amigo Justiniano. Su memoria vivirá siempre entre nosotros, sobre todo cuando se toquen los temas de la radiodifusión… y de la conservación del agua. (Recuérdalo tú tambien, amigo lector: ¡no la desperdicies!)

(r.molina @  codetel.net.do).