Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Don Rafael me escribió antes del cambio de gobierno un lector que prefiere permanecer en el anonimato-, tengo una alta preocupación, como todo padre de familia con hijos que se están haciendo adultos y andan en las calles por diferentes motivos (trabajo, fiestas, compromisos, etc.). Esa preocupación es la alta delincuencia que tenemos en las calles de nuestro país, pues no es solo en la capital sino en todas las ciudades.
La Policía Nacional prosigue- tiene obligatoriamente que patrullar las calles, que los ladrones y delincuentes los vean, es una acción preventiva la que tienen que hacer. No estoy proponiendo nada muy difícil, sino que ese es el primer deber de esa institución, pues primero se previene y luego se actúa. Aquí solo se actúa y tarde. Fíjese que en los países un poco organizados, la Policía patrulla en pareja y actúa contra cualquier acción delictiva. Aquí no, la Policía está dividida en varios departamentos y ninguno interfiere con el otro, o sea que si un policía de tránsito ve que están asaltando, no se mete con eso porque no es su área y así por el estilo. Ya la delincuencia se ha apoderado de la ciudad, pues nadie se lo impide.
La inquietud de ese ciudadano parece que va a ser atendida, pues el nuevo jefe policial lo primero que dijo fue que mandará a todos sus agentes a patrullar las calles, en prevención de actos delictivos.
Le tomamos la palabra al comandante, pues como puede verse se trata de una preocupación ciudadana que no tiene que ver con la política. Los policías, a la calle, debe ser el nuevo slogan de esa fuerza del orden, aunque les moleste a los privilegiados que hoy tienen a su servicio personal uno o más agentes y oficiales policiales, pagados por usted, lector o lectora, y por mí.
