RAFAEL MOLINA MORILLO
En un antológico artículo publicado ayer en este mismo periódico bajo el título de ¡Lloran los muertos!, el doctor Sarita Valdez clama por las personas fallecidas en las tragedias de Noel y de Olga y se pregunta ¿Por qué lloran nuestros muertos?
Para contestar esa inquietud, el doctor Guillermo Moreno le remitió al reputado galeno su respuesta, la cual, en forma misteriosa, ha venido a dar a mis manos. La extraordinaria fuerza emocional de estas líneas del doctor Moreno me motivan a compartirlas con ustedes, con la debida autorización de su autor:
Doctor Sarita:
Lloran por nuestro silencio cómplice de años.
Lloran por nuestra falta de acción frente a su tragedia.
Lloran por nuestra falta de coraje para defenderles mientras estuvieron vivos.
Lloran por el desamparo en que vivieron y murieron.
Lloran por la angustia de dejar a sus vivos, todos con boletos de muerte.
Lloran porque aun después de muertos los mismos demagogos continúan utilizándolos.
Lloran por la inutilidad de sus vidas y la sinrazón de su muerte.
Lloran por carecer de nombres y apellidos que hicieran de su muerte noticia de interés.
Lloran por haber muerto luego de pasar toda una vida muertos.
En fin, lloran también por nosotros que nos creemos vivos.