Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Incurrimos con frecuencia en el error de dar una connotación de solemnidad y grandeza al término Primer Mandatario cuando nos referimos al Presidente de la República.
Mandatario es el que recibe un mandato, una orden, unas instrucciones, un encargo. Mandante es quien imparte esa orden, esas instrucciones, ese encargo.
En materia de asuntos del Estado, el mandante es el pueblo que elige a uno o varios ciudadanos para que éste o éstos administren sus cosas y le rindan cuentas. Es como si fuera una empresa, donde los dueños escogen a un administrador y le encargan el manejo de los negocios. Pero, al hacerlo, los dueños no renuncian a su derecho de pedirle cuentas al administrador, y éste contrae la obligación de dar cuantas explicaciones se le pidan.
De manera que el mandante puede pedirle cuentas al mandatario, el cual, en puridad, es un servidor de aquel. Un Presidente de la República es, en realidad, el Primer Servidor de la Nación, título muy dignificante por cierto, si tomamos en cuenta que servir es un privilegio y un honor, cuando se hace con motivaciones nobles.
———–
