Mis Buenos Días
Rescate de monumentos

<STRONG>Mis Buenos Días<BR></STRONG>Rescate de monumentos

RAFAEL MOLINA MORILLO
La restauración y reinauguración del monumento de Santiago,  (”El Monumento, a secas, y todo el mundo sabe cuál es), han sido criticadas desde dos frentes, pero aún así a mi me parece un acto inteligente por parte del gobierno.

La primera crítica surge porque la mencionada estructura fue originalmente una obra hecha por Trujillo para adularse a sí mismo, y ninguna cosa hecha por el dictador puede ser buena, por definición.

La segunda viene en razón del costo de la remodelación de la obra. Con 100 millones de pesos muchos niños y adultos podrían ser atendidos en un hospital y también muchos miles de jóvenes estudiantes dominicanos podrían perfeccionar sus conocimientos y especialidades, o mucho podría aliviarse la crisis energética que padecemos.

Las dos cosas son ciertas. Pero tampoco se aparta de la verdad el hecho de que, si dejamos de cuidar y venerar  las huellas que nos dejó la historia, bien pronto nos convertiremos en una simple manada desprovista de los valores fundamentals que adornan a la personalidad humana.

Convertir el odioso monumento en una demostración de gratitude patriótica y reconocimiento a los próceres que hicieron posible el renacer de la República moribunda, es, más que un acto de justicia, una señal de grandeza que nos honra a todos.

Así como el Monumento de Santiago, hay otros en piedra, mármol o concreto que permanecen abandonados y semidestruídos, solo porque alguna vez pertenecieron a un mal gobernante, como por ejemplo el Obelisco y el llamado “Obelisco Hembra”. Es hora de que se busque en los anales de la Historia un personaje, un acontecimiento, una actitud que sean merecedores de un homenaje nacional, para eternizar su contribución a la patria con la readjudicación de una de estas piezas.

Honor a quien honor merece, reza un sabio decir popular.

(r.molina@codetel.net.do)

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