RAFAEL MOLINA MORILLO
Los tres mosqueteros, en la novela de Dumas, eran cuatro, contando a DArtagnán, de la misma manera que los tres que echaron a Pedro en el pozo resultaron finalmente cuatro, en el relato de nuestro César Nicolás Pénson.
En la política vernácula también tenemos tres que son cuatro: son las tres instituciones estatales que mayores recortes enfrentan en el Presupuesto Nacional, en relación con las partidas que habían solicitado.
Son ellas la Junta Central Electoral, la Suprema Corte de Justicia y el Congreso Nacional. Tres. Pero como el Congreso tiene dos cámaras, y cada una de ellas grita por su lado, son cuatro en total.
Se me dirá que esos no son los únicos estamentos que claman por un mejor tratamiento en el Presupuesto, pero no se me discutirá que son los más significativos, por tratarse de importantes poderes del Estado, o sea el Poder Judicial, el Poder Legislativo y el Poder Electoral (que así lo consideran algunos). El otro Poder que falta, el Ejecutivo, se sirve, pues, con la cuchara grande, pues él mismo se auto-asigna las partidas de sus dependencias a la medida de su buen gusto.
¿Se atreverán los legisladores de ambas cámaras a rechazar el proyecto de Presupuesto sometido por el Ejecutivo, y modificarlo para atender los reclamos de los inconformes? Lo dudo mucho.
Si usted es optimista y piensa que sí, me permito recomendarle que espere sentado, mientras le salen canas verdes.