Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Corrió ayer la noticia de que un grupo de expertos reunidos en Barcelona llegaron a la conclusión de que una copa de vino al día, en personas mayores de 40 años, es buena para reducir el colesterol y la artritis.
Hay mucha gente contenta con este anuncio, y no son pocos los que, otorgándose a sí mismos cierta dosis de tolerancia y elasticidad en la interpretación de lo que dijeron aquellos sabios, han decidido sustituir de vez en cuando la copa de vino por un buen whisky, ginebra o vodka. Y si los atacan mucho, hasta por ron o tequila.
Esto me recuerda el caso de aquel a quien su médico le recomendó tomar diariamente dos dedos de vino tinto, pero no más. El amigo obedeció al pie de la letra, con la única diferencia de que los dos dedos iba cada día a medirlos en la mano de la estatua de Montesinos, en el malecón.
Otro paciente, más obediente, era también más estricto y tomaba una copa justa de vino cada día del calendario. Hace poco me dijo que había tomado prestados algunos días, y que ya iba por el 14 de septiembre del año 2033.
Los médicos deberían ser más precisos cuando hacen sus indicaciones ¿no cree usted?
