POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Mi comentario de ayer versaba sobre el multimillonario aporte más bien, el multimillonario regalo- que hace el Estado a los partidos políticos para que los pobrecitos hagan sus campañas políticas en tiempo de elecciones, sin control de ninguna clase y sin que nadie sepa después cómo se gastó el dinero.
Y precisamente ayer daban cuenta los periódicos de las declaraciones de un prominente dirigente político quejándose porque los 500 millones que repartirá este año la Junta Central Electoral son muy poca plata, y por consiguiente, quiere más.
Mientras tanto, hay cientos de miles de niños que no tienen asiento ni cabida en las escuelas, los hospitales públicos carecen de recursos para cumplir su tarea, y los apagones no tienen fin, para citar solamente tres ejemplos de verdaderas necesidades que reclaman atención.
Insisto en que es mala esa parte de la Ley Electoral que obliga al Estado a regalar a los partidos políticos un 0.5% de sus ingresos según el Presupuesto. Cada partido que se rasque con sus uñas y que gaste hasta donde le alcance su sábana.
No me siento solo en esta tesitura. Milton Portes, desde Puerto Rico, me escribe que la situación es peor porque se trata de un pais pobre con mucha gente con necesidades perentorias que no merecen que se desperdicie ese dinero. Los dominicanos no podemos seguir asi. Fernando Martí, por su parte, expresa lo siguiente: Ya está bueno que el gobierno frene el chantaje de los políticos. Si quieren gastar en campaña, que usen sus propios recursos. Con el dinero que cada 2 años se gasta enorganizar elecciones, si se invirtiera en la seguridad social, las calamidades de los pobres fueran mucho menos. Una funcionaria del gobierno acaba de decir que el defícit habitacional es de unas 600.000 viviendas. Debe pensarse en cosas como ésta y dejar de darle dinero y mas dinero a los políticos para que sólo ellos vivan bien.
A Dios, que reparta suerte.