Mis deseos para el 2019 y la salud de los dominicanos

Mis deseos para el 2019 y la salud de los dominicanos

Siempre al aproximarse el inicio de un nuevo año las personas se llenan de renovadas esperanzas, surgen o se ratifican deseos de alcanzar metas que superen deficiencias, que se logren hechos que evidencien mejoras sustanciales de existencia en lo espiritual y material.
La salud de la población es fundamental para que las personas puedan desarrollar sus potencialidades, es imprescindible para que la población económicamente activa se pueda incorporar como ente productivo a la sociedad. Esto depende de que las personas asuman estilos de vida saludables, un manejo de los determinantes sociales de la salud por parte de las autoridades competentes correspondientes, y un sistema de salud que opere con eficiencia.
Los estilos de vida saludables se logran a través de la promoción de la salud, que consiste en educar en términos colectivos a la población desde la niñez, con la finalidad de que se conviertan en auto gestores de conservación de su propio estado de salud.
Los determinantes sociales dependen de la gente, pero sobre todo de las instituciones que ofrecen servicios de saneamiento básico, disposición final de desechos sólidos, contaminados y no contaminados, suministro de agua potable, cuidado del medio ambiente, políticas contra el calentamiento global, viviendas dignas, acceso a empleo por parte de la población, combate real contra la pobreza, lucha efectiva y creíble que permita superar la corrupción e impunidad. Que haya régimen de consecuencias para todos. ¡Dije todos!
Mis deseos más sinceros para el Sistema Asistencial de Salud: Primero, que los gobiernos entiendan la necesidad de aumentar la inversión en salud. Segundo, que se establezcan prioridades para dicha inversión. Tercero, que el manejo transparente y pulcro de esos recursos es imprescindible, que para esto hay que profesionalizar la dirección y administración de los hospitales, lo cual no se puede hacer sin despolitizar desde el punto de vista partidario a los mismos. Cuarto, que no basta remodelar y equipar los hospitales, que necesitan mayor subvención, medicamentos e insumos. Quinto, que el Ministerio de Salud (MSP) entienda, que luego de la separación de funciones, le corresponde la rectoría; que no es “jefe” del Servicio Nacional de Salud (SNS), aunque le corresponde su regulación y control, como a todo el sector salud. Que las campañas de promoción y educación en salud deben ser permanentes, habituales, sistemáticas, y no episódicas o reactivas. Sexto, que el SNS no debe tener una centralización de las acciones, reeditando lo que se hacía desde el MSP con los servicios (contra reforma), que está para acompañar a las regiones en el desarrollo de sus competencias desde el punto de vista de la gerencia, administración y calidad de los servicios. Pero para realizar esto necesita recursos humanos competentes, comprometidos, escogidos por meritocracia, algo imposible actualmente por la politiquería y los politiqueros que lo impiden. Séptimo, que tengamos servicios asistenciales de calidad, para lo cual es imprescindible: Humanizar los servicios, recursos humanos con sensibilidad social, vocación de servicios, responsables, competentes, adecuadamente remunerados, que cumplan sus horarios de servicios, que los especialistas no le dejen el trabajo a los residentes, que el trabajo de los residentes esté supervisado, que estos tengan horarios de trabajo que les permita el descanso y el estudio. Octavo, que MSP y el SNS se entiendan como partes complementarias, que deben trabajar de la mano, de lo contrario no funcionarán. Noveno, que se dé la reforma de la ley de seguridad social, previamente revisando los artículos que se han violados y aquellos que nunca se han aplicados. Décimo, que la SISALRIL prime la tranquilidad y el sosiego para realizar sus funciones de regulación y control sobre los términos contractuales entren ARS y los proveedores de salud: hospitales y clínicas, médicos y otros profesionales de la salud. Décimo primero, que el CMD asuma su rol de asesor del MSP en materia de políticas de salud, que si bien defienda los intereses de los médicos no defienda lo indefendible; al igual que otros gremios.
Es mucho lo que pudiera desear de corazón pero este espacio tiene límites.

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