Me gusta eso: “Para cambiar tu vida necesitas cambiar tus prioridades”. Sin embargo, si hoy día nos preguntan cuáles son nuestras prioridades en la vida, probablemente contestemos lo típico, la familia, la salud, el trabajo, los amigos, etc. Porque hay personas que pensamos que todo es una prioridad, ese trabajo, la familia, los amigos, los proyectos, el dinero, la pareja, los hermanos, etc., pero la realidad es que cuando comenzamos a distribuir nuestra energía en tantos frentes al mismo tiempo, lo que termina ocurriendo es que se van al piso todas las relaciones o proyectos, ya que es muy difícil saber distinguir lo importante de lo urgente, y los lugares exactos en los que tenemos que centrar nuestros esfuerzos, y en definitiva, las prioridades son las que nos permiten estar cada día más cerca de alcanzar nuestros objetivos empresariales.
La Ley de Pareto dice algo así como que “el 80% de las consecuencias se deriva del 20% de las causas”, en este caso y para ponerlo en este contexto sería que “el 20% de las personas y proyectos en tu vida generan el 80% de tu felicidad”, así que, si enfocamos nuestra energía y atención en ese 20% de personas y proyectos que nos dan felicidad y recursos, probablemente vamos a maximizar nuestro éxito, felicidad y bienestar.
No es menos cierto que a todos nos gusta decir que priorizamos ciertas cosas, cosas que en el fondo creemos que son importantes, pero muy pocos de nosotros estructuramos nuestra vida diaria para reflejar esas prioridades. Por eso debemos empezar por preguntarnos qué es lo que realmente deseamos y cuáles son los obstáculos en nuestro camino para lograrlo. Porque tomar una decisión consciente sobre cuál es la vida que queremos vivir, a menudo significa analizar detenidamente la forma en que gastamos nuestro tiempo, dinero y energía.
La verdadera felicidad requiere total honestidad, sobre todo con nosotros mismos, y examinar la forma en la que hemos estado viviendo y contrastarla con la forma en la que nos gustaría vivir. Y para ello, es necesario una profunda autorreflexión sobre nuestras verdades y comportamientos personales, como también algunos cambios importantes para alinear nuestra vida diaria con las cosas en las que decimos que creemos.
Es preciso ser claros en la definición de qué es lo importante para nosotros, qué es lo que valoramos más, es clave para establecer prioridades significativas. Si en estos momentos pensamos que nos gustaría pasar más tiempo de calidad con los hijos o con la pareja, esta puede ser la llamada de atención que necesitamos para optimizar el tiempo que llevamos revisando nuestros correos electrónicos, limitar el uso del móvil o reducir las horas que le dedicamos al trabajo.
*la autora es Psicóloga Clínica