Mis sueños para el 2013

<STRONG>Mis sueños para el 2013</STRONG>

A nuestra generación y a las generaciones que nos están sucediendo les ha tocado vivir, desde mediados y finales de los 70 del pasado siglo, la crisis de la civilización del capitalismo, que después de más de cuatro siglos de revolucionar todo el mundo anterior y de generar portentosos avances en todos los órdenes materiales, limitado y sobre determinado por las contradicciones que ha venido arrastrando, le ha llegado su senilidad, y en su decadencia inevitable, amenaza con arrastrar a todo el género humano en su   marcha indetenible hacia la barbarie.

Una  mirada al mundo, por España, Grecia, Portugal, Italia; por la Europa dominada por el capital financiero especulador; una mirada a la creciente población pobre y desvalida de los Estados Unidos; por Afganistan, Irak, Libia, Siria, Palestina, y un creciente número de territorios del mundo; por el rol criminal del complejo militar-industrial de los principales países desarrollados, que sólo sirven para destruir riquezas materiales y vidas, y que ya no contribuye ni siquiera a fomentar la industria y el empleo en los países centrales; una mirada a la extracción minera que amenaza el ecosistema, las fuentes de agua y la producción en amplias regiones del planeta; a ese neomaltusianismo, que actúa en base a que en el planeta existe una creciente “población sobrante”… En fin, esa mirada atenta al mundo de hoy, nos permite aquilatar la dimensión del desafío que tenemos los hombres y mujeres avanzados de la tierra.

En nuestro país, una corporación mafiosa enquistada en el Comité Político del Partido construido por ese civilista que fue el Profesor Bosch, cree haber creado las condiciones para perpetuarse en el poder, mucho más allá del 2016, reproduciendo en la República la decadencia y barbarie que amenaza hoy a toda la humanidad, reproduciendo un modelo que desincentiva la producción para el mercado interno y para la exportación, que alienta la ganancia a través de la especulación financiera y la corrupción, que obliga a los ciudadanos “desesperados” (a los que se levantan sin saber dónde van a conseguir el “pan de cada día”) a delinquir, a “venderse”, a perder toda esperanza de progreso a través del trabajo y la solidaridad.

En ese mundo nos ha tocado vivir; en ese mundo estamos conminados a luchar: Por un mundo donde predomine el trabajo, la producción, la solidaridad, la defensa del medio ambiente y la libertad del ser humano para ser feliz y cultivar los valores del espíritu. ¡Es esta la lucha de todas y todos… la lucha por nuestras reivindicaciones y por las de toda la humanidad, la lucha por arrancar de la faz de la tierra las lacras que en su senilidad nos viene esparciendo este modelo injusto, que amenaza con hundir en la barbarie a todo el género humano.

Esos son mis deseos. Esa es mi exhortación y esa es mi determinación de lucha para el año que recién empieza.

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