Misa pone fin a jornada marcada por recuerdo víctimas atentados

Misa pone fin a jornada marcada por recuerdo víctimas atentados

Madrid, 11 mar (EFE).- Un funeral en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, al que asistió la Familia Real española en pleno, puso hoy fin a los actos del primer aniversario de esa tragedia, en la que murieron 192 personas y más de 1.500 resultaron heridas.

Aunque la misa oficiada en la catedral de la Almudena de Madrid representó el final de los actos oficiales, los ciudadanos siguen acercándose a los escenarios de la tragedia -la céntrica estación ferroviaria de Atocha, la cercana calle Téllez y los andenes de los barrios Santa Eugenia y El Pozo- para recordar a las víctimas, colocar velas y flores y dejar mensajes.

Al funeral de la catedral de Madrid acudieron más de mil personas, la mitad de ellas familiares de las víctimas y heridos en los ataques.

Sin embargo, en él no estuvieron presentes los representantes de la Asociación de Víctimas del 11-M porque, según anunciaron días atrás, preferían pasar esta jornada en privado.

Sí asistieron a la misa el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, miembros de su gabinete, representantes de las máximas instituciones del país y local y líderes políticos y sindicales.

Mientras, a las puertas del templo, se agolpaban cientos de personas que no pudieron acceder a la iglesia.

La ceremonia religiosa estuvo presidida por el silencio y la emoción contenida en la catedral, sólo adornada a los pies del altar con una cruz de claveles rojos y un cirio que se encendió al iniciarse la misa, mientras que la coral interpretó obras de Tomás Luis de Victoria, Mozart y Bach.

En su homilía el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Valera, aseguró que «el terrorismo no tiene ni tendrá nunca la última palabra en la vida de los pueblos, ni en la determinación de sus destinos, tampoco en España».

«Queremos -dijo- estrecharnos con todos los que sufrís la pérdida de un ser querido en los atentados terroristas del 11-M y en los demás atentados terroristas de esta ya larga historia de dolor y sufrimiento causada por el terrorismo en las últimas décadas, en Madrid y en toda España».

Rouco Varela destacó que «hoy todos nos sentimos hermanos de las víctimas» y elogió la respuesta «admirablemente unánime y generosa, expresada en el auxilio sacrificado y, en no pocos casos, heroico prestado en aquellas horas dramáticas del 11 de marzo del pasado año a los muertos y heridos».

Al finalizar la misa, el cardenal agradeció la presencia de la Familia Real, el presidente del Gobierno español, los representantes de las instituciones del Estado, del Ayuntamiento de la capital y de los familiares de las víctimas. 

 A éstos últimos dirigió especialmente los «sentimientos de gratitud y de cercanía fraterna más honda», antes de destacar los «empeños de toda la sociedad en la erradicación definitiva del terrorismo».

Aunque gran parte de los fallecidos eran españoles, también murieron en los atentados del 11 de marzo dieciséis rumanos, seis ecuatorianos, cuatro búlgaros, cuatro polacos, cuatro peruanos, tres marroquíes, dos colombianos, dos dominicanos, dos hondureños, dos ucranianos, un cubano, un chileno, un brasileño, un filipino, un francés y un ciudadano de Guinea Bissau.

Por ello, varias embajadas en Madrid de los países con víctimas en el 11-M y asociaciones de sus colectivos celebraron funerales en memoria de los fallecidos, como es el caso de las legaciones de Colombia, Perú y Ecuador.

Si bien el día comenzó con el tañido de las campanas de toda la región de Madrid a la misma hora en que estalló la primera bomba el año pasado, las 07.37 hora local (06.37 GMT), el denominador común de toda la jornada fue el silencio en actos oficiales y también espontáneos que recorrieron toda la geografía española. EFE 

 

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