Esquina Joven Semanal del periódico Hoy, con el peluquero Misael Arriaga, durante una visita a la redacción del periódico Hoy. Foto/ Napoleón Marte 02/12/2019
Las cabezas de sus clientes, entre los que se encuentran niños y adultos, son como lienzos para recrear estilos que parecen paisajes, con la diferencia de que su arte no incluye óleos ni pinceles, sino máquinas, navajas, peines, geles y mucha creatividad.
Un fiel reflejo de su arte son sus originales cortes de cabello, con un despliegue que va desde los más clásicos a golpe de tijeras, hasta los más modernos y extravagantes que lo apartan de lo común.
Nacido en Los Mina, Misael Arriaga, de 33 años quien emigró junto a su padre y tres hermanos a los Estados Unidos Unidos, a los 10 años, ha encontrado en el oficio de la barbería su pasión.
Con más de 10 años de experiencia, y aunque confiesa que en principio su intención era usar la barbería como un oficio temporal que le permitiera ir a la universidad, el nombre de este dominicano es todo una referencia de buen servicio en la ciudad de Boston, Estado de Massachusetts.
“En Estados Unidos prefieren los barberos latinos porque sabemos manejar todo tipo de pelo, además de que hacemos diseños originales y creativos”, explica Arriaga.
Y como dice el refranero popular, la necesidad es la madre de la invención, en Misael se cumplió el popular dicho, ya que según cuenta su padre por no poder pagar los costosos cortes de cabello de él y sus hermanos decidió hacer de barbero y compró una máquina (la conocida popularmente como abejón) y los recortaba. Inconforme con los resultados, decidió convertirse en la solución del problema.
“Tengo un primo aquí en República Dominicana peluquero y viendo su trabajo fui aprendiendo y luego con práctica entonces recortaba a mis hermanos, pero allá (en USA) hay que estudiar al menos mil horas para ejercer como barbero”, cuenta.
Y es así como el joven depuso su idea de ir a la universidad y decide hacer un curso de babero y asumir ese trabajo como un oficio serio y profesional.
“Trabajaba en un restaurante y hacía mis estudios de barbero, un programa de estudio de 18 meses, en Rob Roy Academy en Worcester, obteniendo su licencia de aprendiz en 2005. Cuando obtuve la experiencia necesaria, conseguí trabajo en una barbería donde laboré por 5 años”.
Volar con alas propias. Luego de trabajar un buen tiempo como empleado, siguiendo su carácter emprendedor y superación, Arriaga, puso en marcha su iniciativa a la que ha bautizado “Major League Barber Shop”, en 670 Linwood Ave., Whitnsville, Boston, Estado de Massachusetts, un espacio que le permitió en principio generar cuatro puestos de trabajo y hoy día aumentó a ocho.
Explica el joven barbero que en el pueblo donde tiene su negocio viven unas 10 mil personas, solo hay cinco barberías, siendo la suya la más grande que cuenta con ocho asientos.
“Por ser un oficio regulado a muchos les cuesta emprender solos y eso hace que el trabajo esté sobrevalorado. Por poner un ejemplo, un corte sencillo puede llegar a costar entre los 18 y 20 dólares, si lleva algún diseño es mucho más caro”, explica.
“Major League Barber Shop” es un negocio rentable que recibe más de 10 clientes diario y Misael atribuye su éxito primeramente a sus conocimientos y a la rigurosidad con la que hace su trabajo y el compromiso que siente con sus clientes”.
Impulsar a otros. Misael Arriaga está de visita en la República Dominicana y en esta ocasión ha venido a motivar a jóvenes barberos dominicanos a mejorar sus servicios para que logren hacer de su oficio una profesión respetable y que les permita vivir dignamente.
“Esta vez me reuní con cuatro peluqueros, les hablé de la importancia de prepararse para hacer este trabajo, la importancia de seguir el protocolo correcto para cuidar la salud del cliente, ya que muchas enfermedades capilares se contagian de persona a persona”, refiere.
El dominicano promovió cambio de la ley
En el año 2016 los legisladores reformaron las reglas de corte de pelo para permitir visitas a domicilio. Fue Misael Arriaga quien le explicó al senador Ryan C. Fattman, un republicano de 32 años, sobre lo triste que fue para él no poder atender en su residencia a un cliente envejeciente de Uxbridge, confinado en su hogar y en espera de una cirugía mayor, quien ya no podía asistir a su recorte mensual y preguntó si Arriaga podía hacer una visita a domicilio. El peluquero no tuvo más remedio que disculparse y rechazarlo, en razón de que la ley de entonces prohibía esa práctica.
Arriaga asegura que estaba tratando de seguir la ley al pie de la letra, pero descubrió que lo ponía en una situación cruel.
Y Fattman, al escuchar la historia del dominicano durante una reunión de la Cámara de Comercio de Blackstone Valley, logró cambiar la ley y hoy en día y gracias a un dominicano, los abuelos y personas en sus hogares en situación de salud delicada pueden recibir servicios en sus hogares.
Esta historia fue publicado por The Boston Globe y puede leerse integra en su edición digital www.bostonglobe.com.