Mis buenos días

Mis buenos días

Más sobre la “separación”
RAFAEL MOLINA MORILLO

El lunes pasado dediqué esta columna al tema de la orden emanada de la cúpula castrense, para prohibir a los militares utilizar la palabra “separación” cuando se refieran a la independencia nacional. En aquella ocasión expresé mi extrañeza ante la singular disposición, dado que el término “separación” se utilizó mucho en los dias de las guerras patrias, por las razones que fuere.

En mis argumentos para justificar mi desacuerdo con la susodicha orden militar, olvidé el más importante, el de más peso, porque proviene nada mas y nada menos que del propio Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte. El dato me lo recuerda el ingeniero Máximo Alexander Casilla R., mediante la siguiente carta que agradezco en extremo:

”Cortésmente le saludo –me escribe- y a la vez me identifico plenamente con los conceptos emitidos por usted en su columna del lunes titulada “La historia no se escribe así”. Y esto así porque, entre otras cosas, quienes redactaron el memorando prohibiendo el uso de la palabra “separación” al parecer olvidan el juramento Trinitario en el cual los patriotas encabezados por Juan Pablo Duarte establecen, cito: ‘¼Cooperar con mi persona, vida y bienes a la SEPARACION definitiva del Gobierno Haitiano y a implantar una nueva República libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera…’. Personalmente, no creo que haya una aclaración más contundente a este debate, por demás innecesario, que la de lo establecido por el propio padre de la patria.”

Y como si fuera poco, la carta del ingeniero Casilla nos regala esta ñapa:

“Y digo que este debate es innecesario porque considero que lo que realmente debe ocupar nuestra atención como nación no es una controversia sobre si nos “separamos” o nos “independizamos” de Haití, sino de que manera podemos “ separarnos” o “independizarnos” de la pobreza en que esta sumida gran parte de nuestra población, de cómo logramos “separarnos” o “independizarnos” de las deficiencias en educación, en salud y de la falta de institucionalidad que existe en nuestro país y que nos impide afrontar de manera decidida los retos a los cuales nos enfrentan las nuevas tendencias económicas mundiales. Todo esto, evidentemente, conlleva el “separarnos’ o “independizarnos” de todo prejuicio de tipo político partidario (o politiquero) que nos impida visualizar un proyecto de nación para el cual se necesita del concurso y el empuje conjunto de todos los sectores.”

r.molina@verizon.net.do

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