Pakistán, (AP).- Al menos 16 presuntos rebeldes perecieron el sábado en dos ataques con misiles al parecer estadounidenses en una región tribal del noroeste de Pakistán, dijeron autoridades de inteligencia.

El incremento de los ataques con misiles disparados desde aviones teledirigidos estadounidenses en territorio paquistaní y de las operaciones de la OTAN en la frontera indican que las fuerzas occidentales combaten la insurgencia en la región.

Islamabad ha sido renuente a las peticiones de Washington de que frene las acciones rebeldes en la frontera paquistaní, donde se movilizan sin dificultades entre Afganistán y Pakistán para atacar a las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en la zona.

Funcionarios occidentales afirman que los recientes ataques con misiles disparados desde aviones teledirigidos que controla la CIA tienen como fin frustrar los planes para la comisión de atentados terroristas en ciudades europeas.

Los ataques aéreos de este tipo han alcanzado un número sin precedente en las últimas cinco semanas en la zona.

Los ataques con misiles del sábado tuvieron como blanco dos casas separadas, en cada una de las cuales murieron ocho supuestos rebeldes en la aldea de Datta Khel, en la región tribal de Waziristán Norte, dijeron tres funcionarios paquistaníes de inteligencia que solicitaron el anonimato.

Aunque Pakistán acepta tácitamente los ataques con los aviones teledirigidos, e incluso supuestamente facilita información de inteligencia para que algunos se lleven a cabo, afirmo en los últimos días que no permitiría a fuerzas extranjeras o aeronaves teledirigidas que persiguieran a rebeldes en su territorio.

Después de que un helicóptero de la OTAN matara el jueves por equivocación a tres guardias fronterizos, Islamabad interrumpió en su territorio una importante ruta de abastecimiento para las fuerzas de la coalición.

El viernes, decenas de camiones de la OTAN que transportaban combustible fueron atacados en su avance para cruzar la frontera sur de Pakistán hacia Afganistán. El Talibán en Pakistán se adjudicó los ataques y afirmó que fueron en venganza por la muerte de los guardias fronterizos.

El sábado, unos 150 vehículos continuaban varados cerca del paso fronterizo de Torkham, donde aguardaban la reapertura del lugar a fin de llevar suministros a las fuerzas occidentales en Afganistán. Pakistán no ha dado indicios de que permitirá que los camiones salgan de su territorio.

La decisión de Pakistán de obstruir la ruta de abastecimiento en medio de la ira de la ciudadanía local muestra la influencia del país sobre Estados Unidos y la OTAN.

Sin embargo, la prolongación del cierre podría tensar seriamente la relación de Pakistán con Estados Unidos, el cual le provee miles de millones de dólares en asistencia militar y de otro tipo.

Datta Khel es considerada una zona donde se ocultan combatientes del Talibán y al Qaida, a los que se acusa de atacar a las fuerzas de la OTAN y Estados Unidos en Afganistán. Se cree que los muertos del sábado eran insurgentes del jefe militar Hafiz Gul Bahadur.

El viernes, el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estado Unidos, Mike Mullen, dijo en Tucson, Arizona, que el cierre del paso en Torkham todavía no ha tenido un impacto en las operaciones en Afganistán y afirmó que cree que su país y Pakistán pueden superar la disputa.

Torkham es considerado mucho más importante que el menor paso fronterizo de Chaman, en el sur de Pakistán.