Misionera estadounidense es dejada en libertad en Haití

Misionera estadounidense es dejada en libertad en Haití

Puerto Príncipe, Haití (AP).- Las autoridades de Haití dejaron el lunes en libertad a una de las últimas mujeres encarceladas por intentar el traslado de huérfanos al exterior sin autorización, pero dejaron presa a la líder del grupo de misioneros bautistas.

Charisa Coulter abandonó el lunes su celda acompañada de personal de la embajada de Estados Unidos.No sonrió ni habló con la prensa al salir de la cárcel.

Justo antes de partir, su abogado Louis Ricardo Chachoute dijo a los reporteros: «Estoy aquí para confirmar la liberación de la señorita Coulter».

Laura Silsby, quien encabezaba el grupo religioso, se encontraba en otra parte de la ciudad en una audiencia a puerta cerrada ante el juez, quien anteriormente había dicho que ambas mujeres serían liberadas pronto.

Chachoute dijo creer que Silsby pronto quedará en libertad, pero no sabía cuándo.

Coulter, oriunda de Idaho, fue arrestada el 29 de enero, junto a Silsby y otros ocho estadounidenses que intentaban salir de Haití con 33 niños sin tener la documentación adecuada.

Los estadounidenses dijeron que sólo querían ayudar a los huérfanos, tras el sismo que devastó el país caribeño.

El arresto del grupo misionero ocurrió en momentos en que las autoridades haitianas intentaban tomar medidas más enérgicas en contra de las adopciones no autorizadas, a fin de evitar el tráfico de niños en medio del caos provocado por el sismo del 12 de enero.

En un principio, Silsby dijo que los niños habían quedado huérfanos durante el terremoto, que dejó 230.000 muertos según cifras oficiales; pero luego se descubrió que los padres, aún con vida, le habían entregado a los pequeños.

El grupo ha dicho que tenía planeado llevar a los niños a República Dominicana a un orfanato que Silsby estaba fundando en un antiguo hotel.

El juez liberó a ocho de los misioneros el 17 de febrero, tras concluir que los padres les entregaron a sus hijos de forma voluntaria, pues creían que los estadounidenses les darían una mejor calidad de vida. Pero el magistrado decidió en ese momento que Silsby y Coulter aún tenían preguntas por responder.

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