Puerto Príncipe.- El secuestro en Haití de un grupo de misioneros norteamericanos y sus familias, 17 personas en total, cumplió un mes este martes, un caso que puso de relieve el poder creciente de las bandas armadas en un momento de fuerte inestabilidad en el país.
El grupo de religiosos y sus familias, entre quienes hay cinco niños, fue capturado el pasado 16 de octubre en la zona de Croix-des-Bouquets, en la periferia de Puerto Príncipe, cuando regresaba a la capital haitiana tras visitar un orfanato.
Los misioneros son rehenes de la banda 400 Mawozo, una de las decenas de pandillas que se han hecho fuertes en las barriadas miserables de Puerto Príncipe y que, en este caso, se ha especializado en los secuestros colectivos para financiarse.
La congregación Christian Aid Ministries (CAM), a la que pertenece el grupo, 16 de ellos estadounidenses y un canadiense, reiteró en las últimas horas su llamamiento a la comunidad para mantener la paciencia y seguir con las oraciones.
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“Mucha gente, incluyendo la administración de CAM y autoridades gubernamentales, está trabajando diligentemente para traer a casa a nuestros seres amados con seguridad”, afirmó la organización en un comunicado publicado en la web de la congregación, con sede en Ohio (EE.UU.).
SILENCIO OFICIAL
Desde que se conoció el secuestro, el silencio de las autoridades haitianas con respecto al caso ha sido total y las únicas informaciones oficiales han partido de Washington y de Ottawa. En su última comunicación sobre el caso, el pasado 5 de noviembre, el Gobierno de EE.UU. informó que ha recibido pruebas de vida de algunos rehenes.
La Casa Blanca ha dicho y ha reiterado que no negociará con los captores, que piden un rescate de 17 millones de dólares, uno por cada uno de los secuestrados, aunque envió un equipo del FBI a Haití para encargarse del caso.
El Centro de Análisis y de Investigación en Derechos Humanos (CARDH), una ONG que se ha especializado en seguir los casos de secuestros, reveló que los 400 Mawozo también exigen la liberación de uno de sus cabecillas, que cumple condena en la Penitenciaria Nacional.
“La cosa está complicada. Parece que 400 Mawozo exige la liberación de Yonyon a cambio. Parece que Yonyon está dirigiendo las negociaciones desde la cárcel”, dijo a Efe este martes el director del CARDH, Gédeon Jean.
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TIROTEOS CON LA BANDA
El momento de mayor incertidumbre se produjo el pasado viernes, cuando se registró un intenso tiroteo entre la Policía haitiana y miembros de 400 Mawozo en la zona de Croix-des-Bouquets.
La Policía no reconoció que se había producido el tiroteo hasta este lunes, cuando el portavoz del cuerpo explicó que se trató de un intercambio de tiros en un chequeo policial, en el que aseguró que se produjeron numerosos heridos en las filas de la banda armada.
Según medios locales, uno de los líderes de la banda, conocido como Gaspiyaj, habría sido abatido, aunque las autoridades no han confirmado ni desmentido esta información, ni han explicado si existe alguna relación con el secuestro de los misioneros.
SECUESTROS INCONTROLADOS
Los secuestros indiscriminados se han convertido en algo habitual en Haití y se han disparado especialmente en los últimos meses, tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, ocurrido el 7 de julio y que causó gran inestabilidad en el país.
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El CARDH ha contabilizado 803 secuestros entre enero y el fin de octubre, incluyendo a 54 extranjeros de cuatro países, aunque según Gédeon Jean, es muy raro que los rehenes pasen un mes en manos de los secuestradores.
Precisamente este lunes fueron liberados tres camioneros dominicanos que permanecieron en cautiverio durante seis semanas en Haití, sin que hayan trascendido las circunstancias de su liberación.
Según el CARDH, estos rescates se suelen resolver mediante el pago de un rescate, incluso en el caso de los estadounidenses, aunque su Gobierno se niegue a abrir la cartera. “En la práctica, es siempre la familia la que paga el rescate”, resume Jean.