Misuri debe ejecutar a condenado en medio de polémica por inyección

Misuri debe ejecutar a condenado en medio de polémica por inyección

WASHINGTON. El estado de Misuri (centro) debe ejecutar el miércoles al asesino de una adolescente, en el marco de una controversia sobre la utilización de la inyección letal y menos de un mes después de la ejecución de otro condenado antes de la luz verde de la Suprema Corte.

La ejecución de Michael Taylor, 47 años, está programada para el 26 de febrero entre las 00H00 y la medianoche local, luego de haber sido condenado a muerte en 1989 por la violación y el asesinato de una adolescente que había secuestrado mientras esperaba el autobús escolar.   Misuri viene registrando un ritmo de una ejecución por mes.

La última fue la de Herbert Smulls el 29 de enero, una hora antes del fin del plazo legal y antes de que la Corte Suprema se pronunciara sobre un último recurso de la defensa, había denunciado su abogado.

Pero «el fantasma de Herbert Smulls planea sobre los proyectos de pena capital en Misuri», argumentó Andrew Cohen, analista del Brennan Center for Justice y experto de la revista The Atlantic.

Una demanda para postergar la ejecución de Taylor es analizada por un tribunal federal de Misuri por «violaciones del Estado de los derechos constitucionales a un procedimiento judicial justo y equitativo», bajo la base de tres ejecuciones anteriores, entre ellas la de Smulls.

El mismo tribunal también debe pronunciarse sobre otro recurso diferente, sobre «la ausencia de medios legales de ejecución», siendo que el Estado busca un barbitúrico para las ejecuciones.

Ante la escasez de productos para las ejecuciones, Misuri -como otros estados- usa el anestésico pentobarbital, pero no ha revelado qué laboratorio se lo proporciona ni si se trata de un producto homologado.

Esta situación lleva a la multiplicación de recursos judiciales, ya que mientras se desconozca la procedencia del pentobarbital no se sabe si la inyección constituye un castigo cruel, lo que está prohibido por la Constitución estadounidense.

«Misuri se apresta a inyectar a un prisionero un medicamento de procedencia desconocida, preparado por un farmacéutico desconocido con capacidades desconocidas, sin nadie para verificar independientemente la calidad de sus actividades», declaró a la AFP Richard Dieter, director del Centro de información sobre la pena capital .

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