Mitos y justificaciones de la violencia basada en género

Mitos y justificaciones de la violencia basada en género

Las justificaciones o aceptaciones de los mitos que excusan “la violencia basada en género en el país son alarmantes, a partir de los datos revelados en encuestas realizadas a estudiantes del segundo ciclo de educación primaria y en grados de secundaria de escuelas públicas y privadas de la nación”. El 74% de los encuestados afirma que las mujeres son las culpables.

El estudio del Ministerio de Educación (Minerd), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), arroja que esa mayoría piensa las mujeres son las culpables de que sus ex o actuales parejas las golpeen y de que las féminas denuncien para hacer maldad y fastidiar a los hombres.

En la presentación de los resultados del estudio, la investigadora principal Julia Hasbún indica que las mujeres suelen ser las víctimas principales de tal violencia, debido a la situación de desigualdad y discriminación en las que viven.

“La violencia basada en género es un tipo de violencia física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, ejercida contra cualquier persona sobre la base de su identidad o construcción de género. Esta es la definición que se utiliza en este estudio”, precisa.

En las justificaciones o aceptaciones de los mitos que excusan la violencia basada en género, se observó que un 74% de las escolares llegó a señalar como válido el hecho de que muchas mujeres, con su conducta sacaban de quicio a los hombres, y era por eso que estos les pegaban.

Este dato es sumamente importante, ya que expone la aceptación en las escolares a que ellas mismas son las causantes de la violencia basada en género. Esto implica que entienden que existe justificación para la VBG.

En el caso de los escolares hombres se observó que un 80% estuvo de acuerdo con justificar la violencia basada en género, condicionándola a la conducta de las mujeres.

El hecho de que los escolares hayan señalado de forma tan evidente su apoyo a la justificación de la violencia basada en género es alarmante, aunque esto no signifique necesariamente que la vayan a poner en práctica. Pero indica que piensan que la génesis de la violencia basada en género está supeditada a la conducta de la mujer, y que la violencia es excusable.

Y de nuevo se reitera que también es muy preocupante que las escolares solo presentaron una diferencia de seis puntos porcentuales con los hombres, en el acuerdo con esta justificación.

Un 73% de la muestra aprobó o aceptó como real, que hubiese muchas mujeres que ejercían la denuncia de VBG por maldad. No se les preguntó por casos aislados o especiales, sino que la afirmación apuntaba a la práctica de la denuncia distorsionada de muchas mujeres.

El 76% de los escolares varones aprobaron este mito. Y un 70% de las escolares también así lo hizo. Esto implica que hay una generalización, de que la denuncia por violencia basada en género es mal utilizada por las mujeres para fastidiar a los hombres.

Este argumento en nada apoya la denuncia de la violencia por violencia basada en género, de las mujeres hacia sus agresores. Esto implica que hay serias dudas de si las denuncias son válidas en su mayoría.

Fueron estos mismos escolares quienes apoyaron en un 84% que la violencia basada en género siempre debía ser denunciada. Un 86% de las escolares y un 82% de los escolares mostraron su aprobación hacia la denuncia. Si bien la aprueban, parece ser que no creen o están seguros de que las denuncias sean en su mayoría, justas.
Es decir, que hay desconfianza en las denuncias por violencia basada en género o realmente en el fondo, no la aceptan.

El espacio de la victimización que analiza este estudio es la propia escuela, el lugar donde se desarrolla el proceso educativo y en donde los y las escolares deben aprender a reconocer la violencia basada en género, y a evitarla.

Uno de los hallazgos más frecuentes en los estudios sobre la violencia basada en género es que los hombres la ejercen con mayor frecuencia, y de forma más grave que las mujeres. Este hecho inicia su manifestación desde la infancia, incluyendo por supuesto el hogar y la escuela.

Susana Velásquez, en su libro “Violencias Cotidianas, Violencia de Género: Escuchar, Comprender, Ayudar”, indica que frecuentemente se trata de justificar o explicar la VBG con mitos que permiten asociar una causalidad directa en función de características personales del agresor (trastorno mental, adicciones), de características de la víctima (masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca; es manipuladora…”).

También se justifica con circunstancias externas (estrés laboral, problemas económicos) y de los celos (“crimen pasional”); la incapacidad del agresor para controlar sus impulsos, etc. Existe la creencia generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas (“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel sociocultural y económico, inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos a salvo”. La violencia basada en género se da en escasos casos y se da en clases sociales más bajas.

Velázquez dice que esas justificaciones reducen la responsabilidad del agresor.

ZOOM

Muestreo

Se realizaron más de 1,200 encuestas válidas por cada zona, llegando a un total de 7, 768 encuestas, realizadas en abril y mayo del 2015. El 58.1% de la muestra pertenecía al sexo femenino y un 41.9% al masculino. La media de edad del total de la muestra fue de 15. 08 años. La desviación estándar de la edad fue de 1.96. La moda de la edad se ubicó en 14 años, al igual que la mediana.

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