Mitos y verdades sobre la chikungunya

Mitos y verdades  sobre la chikungunya

Nos decía el amigo psiquiatra César Mella Mejías que el ignorante tiende a negar la realidad. Creemos que la ignorancia y la falta de informaciones oficiales a tiempo sobre la prevención de la chikungunya, han sido los factores determinantes de que se hayan creado tantos mitos en el país sobre esta enfermedad.

Enumeraremos algunos mitos que más frecuentemente hemos escuchado, y lo penoso es que algunos “médicos” los repiten y hasta los creen.

Primer mito. Tiene que ver con el rumor de que un químico que se escapó de un barco en Haina es el causante de la enfermedad. Lo verdadero: el virus de la chikungunya fue aislado por primera vez en el 1952 en un brote de la enfermedad en Tanzania, África. A partir de esa fecha, fue identificado en Sudáfrica en 1956, República Democrática del Congo en 1999, Islas Reunión, Mauritius, Seychelles, Madagascar, Comoros y Mayotte en el 2005. En la India en el 2006 donde se conoció la co- circulación con dengue por el mismo mosquito. En el 2007 se identificó en Gabón y en Ravena, Italia. En el 2009 en Tailandia y Sur de la India. En el 2011 nuevamente en la República Democrática del Congo. En el 2012 en Camboya y Sierra Leona y en diciembre del 2013 por primera vez en el continente americano en la isla de Saint Martin.

Con este historial de apariciones no hay lugar para un mito como de que un químico fuera el causante de esta enfermedad. Además, las muestras tomadas en el país en 19 provincias de enfermos con sospecha de chikungunya, y enviadas por la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública al Centro de Control de Enfermedades y Prevención de los Estados Unidos, resultaron positivas para esta enfermedad por la Reacción en Cadena de la Polimerasa en tiempo real –PCR-RT-.

Segundo mito: no es verdad que lo transmite un mosquito. Lo verdadero: sí son los mosquitos Aedes aegypti que se crían en agua limpia dentro y alrededor de los hogares, los que sirven para llevar el virus de una persona enferma a otra sana. Si no estamos conscientes de esto, no vamos a colaborar con la erradicación de los criaderos que es la medida más eficaz para disminuir la población de mosquitos y evitar la propagación de la enfermedad. Elimine los criaderos de su hogar.

Tercer mito: se pega de persona a persona porque todos en el hogar hemos sido afectados. La verdad: al no haber circulado este virus antes en el país, todos los que vivimos en esta tierra somos susceptibles de adquirir la enfermedad porque no habíamos creado anticuerpos contra ese virus. Una vez que padecemos la enfermedad, ésta no repite. Los virus del dengue tienen más de cien años circulando en el país y es por esa razón que muchos de nosotros tenemos anticuerpos contra el dengue y no nos enfermamos.

Cuarto mito: clonaron los mosquitos para prevenir el dengue y resultó esta “rara” enfermedad. Lo verdadero: cuando se clonan son para que no se reproduzcan y por lo tanto si no hay reproducción la población de mosquitos disminuiría. No se ha visto el caso de que provoquen otra enfermedad. Desde luego, la clonación de mosquitos trae consecuencias éticas que se deben discutir antes de hacer estos experimentos por el desequilibrio ecológico que podrían provocar. En el país no se han clonado mosquitos, ni antes, ni en el presente.

Quinto mito: hay que tomarse un té de mango verde con canela y malagueta para curarse de inmediato. Lo verdadero: este cóctel no cura nada. Si fuera cierto, deberían enviarlo a Estocolmo para ganarse el premio Nobel de Medicina. Los mitos deben desterrarse con verdades científicas de la medicina basada en evidencias.

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