MIU: Trujillo mostró especial voluntad homicida

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El secretario de Estado y secretario general del Movimiento Izquierda Unida (MIU), Miguel Mejía, recordó hoy que Rafael Leónidas Trujillo y Molina, quien gobernase al país mediante los más crueles métodos de terrorismo de Estado, mostró una especial voluntad homicida para eliminar a quienes tuvieron el valor y el civismo de oponerse a su régimen de oprobio.

En ocasión de celebrarse este miércoles el 51 aniversario del ajusticiamiento del déspota, Mejía dijo que miles de hogares dominicanos fueron enlutados por la mano ensangrentada de quien fuese el fruto directo de la ocupación norteamericana de 1914 a 1926.

“Miles de ciudadanos sufrieron todo tipo de vejaciones y atropellos, dentro y fuera del país, durante sus 31 años de permanencia en el poder, mientras las riquezas nacionales, y el fruto del trabajo colectivo terminaba nutriendo las arcas del dictador, su familia y sus cómplices”, señaló el dirigente político de izquierda.

Afirmó que Trujillo significó para la nación el despliegue de un proyecto modernizador capitalista basado en la explotación extrema de los trabajadores, el robo de la riqueza nacional y el encumbramiento de una élite apátrida, que rendía culto a las ganancias y al poder indisputado del imperialismo norteamericano, principal valedor y sostén de la dictadura, especialmente  durante los años de la Guerra Fría.

Señaló que contra el tirano se alzaron las reservas morales del pueblo dominicano, apoyadas por la solidaridad internacional.

“Un día como hoy, hace más de medio siglo, cayó abatido, sin que con su muerte se lograsen culminar los cambios radicales que requería el  desarrollo de la nación. La revolución justiciera, popular y democrática que se esperaba tras su desaparición física fue mediatizada por la acción del imperialismo norteamericano y la oligarquía nacional”, subrayó.

Rememoró que el breve paréntesis que representó el gobierno del profesor Juan Bosch, en 1963, duró apenas siete meses.

Apuntó que tras la revolución constitucionalista de  1965, se impuso al país un régimen neo-trujillista, no menos sangriento ni expoliador que el de la dictadura.

“Hasta nuestros días, a través de formas metamorfoseadas, muchos rasgos políticos de aquel régimen, y del de sus continuadores, han perdurado, formando parte de la crisis institucional y política que subyace bajo la realidad del país”, adujo.

Miguel Mejía afirmó que con la muerte de Trujillo no desapareció el Trujillismo, ni las condiciones profundas que condicionaron su aparición en la escena nacional.

Añadió que las recientes elecciones presidenciales, y sus resultados, son una muestra de las ansias de justicia e igualdad insatisfechas, que por diversos canales, continúa exigiendo la sociedad dominicana, como hace más de medio siglo.

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