CARLOS AMARANTE BARET
«Madrid (Moca CAB) sola y solemne, julio te sorprendió con tu alegría de panal pobre; clara era tu calle, claro era tu sueño». Pablo Neruda.

Permítaseme la licencia de utilizar el título y el verso del famoso homenaje del poeta Neruda al pueblo español en armas defendiendo la República (España en el Corazón) en 1936, para referirme a la provincia Espaillat a través de su capital, Moca. Siempre me he sentido como «un embajador permanente de Moca ante el gobierno», según me definiera el presidente doctor Leonel Fernández en 1997, en una reunión efectuada en la residencia campestre de la familia Abreu en Cayetano Germosén.

La llegada del PLD y el doctor Fernández al gobierno en el 1996, fue vista por mí como la oportunidad de trabajar a favor de mi provincia, pues por primera vez en su vida, el partido del líder y maestro Bosch llegaba a controlar el Ejecutivo. Mis intervenciones permanentes ante los secretarios de Estado y directores generales que tenían obras a su cargo en la provincia, se convirtió en una responsabilidad tan importante como las que se desprendían de mis funciones públicas: en realidad, eran la misma para un militante que ve la política como la oportunidad de servirle a su pueblo.

Sería injusto si no dijera que en esta noble tarea también estaban junto a nosotros dos hombres que aman su provincia tanto como yo: Javier González y el doctor José Rafael Vargas. Javier, Cónsul General en Miami, aprovechando las relaciones casi de hermano con el Presidente, y Vargas desde sus puntuales comentarios del noticiero de Color Visión, manteníamos el «asedio» sobre el Presidente acerca de las obras prometidas y que permanecían paralizadas o abandonadas. En eso se nos fueron los primeros cuatro años de gobierno.

El triunfo electoral nos sonrió de nuevo en el 2004 y de nuevo pusimos manos a la obra a ver qué podíamos lograr para la provincia en este cuatrienio. Se realizó un Consejo de Desarrollo provincial con la presencia del Presidente, donde el gobierno se comprometió a realizar algunas obras. El tiempo, inexorable, avanza y las obras de la provincia o están paralizadas o no se inician o avanzan a paso de tortuga. Solo Vargas desde el INDOTEL, puede mostrar resultados en Espaillat, con sus centros tecnológicos en funcionamiento.

Mientras tanto, la oposición comienza a pasar las promesas del Presidente por televisión, sobre todo aquella donde le ordenó al secretario de Obras Públicas el inicio de una carretera que le había pedido el senador y los funcionarios mocanos en el gobierno. Esta claro que el arma de ataque electoral contra nuestro partido y su candidato Fernández, en la provincia, será aquel memorable Consejo de Desarrollo.

Moca ha iniciado un proceso de lucha por sus obras. La más emblemática, el elevado de la autopista Duarte. Allí han muertos decenas de personas, incluso algunas amigas mías, en aparatosos accidentes de tránsito. Yo, que cruzo casi todos los fines de semanas con mi familia por esta especie de ruleta rusa, no puedo más que solidarizarme con mi pueblo. Ojalá Dios me proteja junto a mi familia y a todos los que cruzamos esta zona de la muerte.

Recientemente me reclamó una distinguida dama de Moca admiradora del Presidente, con razón, que este pueblo no tenía doliente en el gobierno. Yo le discutí. Le dije de nuestras peticiones e intervenciones, de las de Vargas, Javier, José Rafael Lantigua, en fin, me calló cuando me dijo: lo que importan son los resultados, no las palabras.

Presidente Fernández, usted tiene un compromiso con Moca. Fue en esta ciudad donde por primera vez, en diciembre de 1994, usted sintió que podía ser Presidente de la República. Aquí seguimos esperando por usted. Estamos a tiempo. Tengo, a pesar de todo y de los que algunos puedan pensar en la presente coyuntura política, la fuerza moral para reclamar por Moca y la provincia. No se imagina usted, Presidente, cómo los mocanos llevamos nuestra provincia en el corazón, la amamos y la defendemos.