Como todos recordamos, en 2020 los indicadores de producción, demanda y empleo se mantuvieron en terreno negativo, luego, es fácil entender porque el PIB real retrocedió -7.9%, con brecha insoportable entre oferta y demanda de trabajo, crisis económica provocada por la pandemia Covid-19.
El enorme volumen de desocupados planteó al Gobierno de Luis Abinader que se inició a mediados de agosto 2020, la urgente necesidad de aplicar, a cualquier precio, un modelotde crecimiento intensivo en empleo, para que en el menor tiempo posible la mayor cantidad de personas accediera a un puesto de trabajo.
Lo que se logró en tiempo récord por efectividad de la política fiscal y monetaria, la economía creció a la velocidad de crucero de 6.7% como promedio anual entre 2021 y 2024, se obtuvo por aumento del empleo y productividad aparente del trabajo, 3.90% y 2.83%, respectivamente. En menos de diez meses en el año 2021 se recuperó el empleo que se había perdido (la cantidad de 469,494 ocupaciones desde el 31 de diciembre 2019 al 30 de junio 2020) por cierre de negocios, y a partir de ese momento la economía sumó nuevas plazas sin reducir crecimiento de la productividad, medida en términos de PIB por persona ocupada.
Se estrechó la enorme brecha entre oferta y demanda en el mercado laboral, el empleo aumentó a una tasa acumulada de 14.5%, más que la expansión de la fuerza de trabajo, 10.6%, disminuyendo la desocupación abierta en 3.5 puntos porcentuales, desde 8,4% primer trimestre 2021 a 4,9% en el cuarto trimestre de 2024. Los desocupados, diferencia entre activos y ocupados, redujeron hasta 255,172 personas a final 2024.
La población en edad de trabajar (16 a 64 años) aumentó en 255,811, y mucho más la población activa, 540,782 personas, por incorporación de jóvenes al mercado de trabajo, entre diciembre 2020 y diciembre 2024.
S in duda, el éxito en el campo económico del Gobierno de Luis Abinader tiene que ver, en buena medida, con el modelo de crecimiento pro-trabajador que ha aplicado, no solo aumentó el volumen de ocupados, también el ingreso per cápita real por hora de trabajo, en 4.7% (aumento nominal11.4% menos aumentó deflactor del PIB, promedio 6.7%), es decir, menos que la productividad por ocupado (2.83% entre 2021 y 2024).
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Termino esta nota identificando los tres hechos responsables del aumento del ingreso per cápita real por hora del trabajo que elevó el nivel de vida del trabajador.
Uno, reducción de la brecha mercado laboral por mayor aumento de la oferta de trabajo respecto al de la demanda. Dos, política del Gobierno de aumentar el salario base con tres objetivos, para que no perdiera poder de compra, evitar que el trabajador cargara con todo el peso de la inflación y propiciar reparto equitativo de la riqueza que produjera la economía de modo que beneficie cada vez más al trabajador.
Y tres, rápida desinflación, de 10.48% en tasa interanual mayo 2021 hasta 3.71% abril 2025, para ubicarse entre las más bajas de las economías no dolarizadas de América Latina, y mantenerse entrelímite inferior y centro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, durante diecisiete meses consecutivos. La desinflación sin pausa, propiciada por la política monetaria del Banco Central, aumentó el poder adquisitivo de los trabajadores y redujo costo de producción de empresas, ganancia de ingreso real que posibilitó más consumo e inversión, con efectos positivos en el crecimiento del PIB, recuperación y creación de empleo.