Cuando nos referimos a turismo sostenible, hablamos de aquellas actividades turísticas respetuosas con el ambiente, cultural y social, y con los valores de una comunidad. Esto permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación del turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad es repartida de forma equitativa.
Según La Organización Mundial del Turismo (OMT) el turismo sostenible tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.
En República Dominicana es un área emergente con zonas como Pedernales, Puerto Plata, Monte Plata, Constanza, Ocoa y Jarabacoa, lugares que son tomados como ejemplo de turismo sostenible, por su gran área protegida que acogen en sus entornos.
Tomamos a Pedernales, provincia del sur lejano, pero es una demarcación con un 40 por ciento de área protegida, que junto a la zona de Enriquillo, es parte de la reserva de la biosfera, según la UNESCO.
Puerto Plata, nuestra primera zona turística comercial de país, también nos ofrece un modelo de ecoturismo y sostenible comunitario con la ¨Hacienda Cufa¨, un proyecto que promueve el turismo ecológico, la unión de las familias y el cuidado del medioambiente, a través de la concientización de las comunidades cercanas sobre la necesidad de conservar los recursos naturales.
En la provincia de Ocoa podemos destacar la comunidad de Los Martínez, ubicada a 700 metros sobre el nivel del mar en la que se puede disfrutar de un proyecto agro-turístico, que generan su propia energía, limpia y barata, para mantener luz las 24 horas del día en 50 hogares.
En el municipio de Jarabacoa podemos mencionar el Rancho Sonido del Yaque, a orillas del rio Yaque, es un ejemplo de que las comunidades pueden ofrecer servicios ecoturísticos sostenibles y de alta calidad como instrumentos para mejorar sus condiciones de vida.
El turismo sostenible tiene que expandirse, las comunidades de nuestro país poseen los recursos naturales, para que esta área, muy importante del mundo vacacionista, sigua ampliándose.
Es hora de que en República Dominicana, aprendamos más del ecosistema y vendamos no solo, sol y playas, sino que tenemos una riqueza incalculable de la biodiversidad en nuestras comunidades que hacen referencia al turismo ecológico que nos ofrecen.
Por lo creo (por lo que creo o entiendo), que los ministerios de Turismo, Medio Ambiente, Agricultura y Cultura, deben aprovechar la existencia de los clousters turísticos y de desarrollo de las provincias para iniciar una consulta de los lugares de interés de explotación del turismo sostenible y cultural.