Modelos aportan más que la retrospección de  historiadores

Modelos aportan más que la retrospección de  historiadores

TIM HARFORD
De acuerdo a mi estimado colega Gideon Rachman, los economistas podrían ser bajados de sus tronos por los historiadores. Los economistas han tenido un gran dominio de los niveles de poder, él demanda. Ellos piensan que son científicos y que pueden predecir el futuro, y están equivocados: “los pseudos-científicos, trafican con excesivas convicciones. Los historiadores como Gideon y el profesor Niall Ferguson, hasta ahora relegados a lugares como la página de tribuna de Financial Times, podría al menos prestárseles un poco de atención.

Ponderando cómo responder, sufrí una gran escasez de esa convicción. Gideon está muy en lo correcto respecto la importancia de la historia. Cuando ésta llega a los economistas, sin embargo, la fuente principal de excesiva convicción parece ser Gideon, quien no reconocería un modelo económico si desfilara para este en una pasarela.

Yo sé  tan poco de historia como Gideon sabe de economía, pero no hay duda de que él está en lo correcto al indicar que un rol importante del historiador es enfatizar la espinosa particularidad de tiempo y lugar, y la dificultad de producir leyes científicas radicales que de forma precisa describan el complejo mundo social. Los economistas, sociólogos, sicólogos y antropólogos, podrían apreciar esto como de mucho interés. Lo mejor que hacen. Muchos no lo hacen y, tristemente, ellos están sobrerepresentados en los medios de comunicación. Tal vez ésta es la razón de que Gideon malinterprete la tarea y los métodos de la economía.

Él argumenta que mientras los edificios económicos están siempre colapsando, los “edificios construidos de acuerdo a las leyes de la física parecen mantenerse en pie”. Esta es una rara declaración. Los edificios construidos de acuerdo a las leyes físicas tienen el hábito de caerse. Henry Petroski, ingeniero y autor del libro Éxito a través del fracaso, observa que los ingenieros estructurales tienden a aprender construyendo estructuras aún más ambiciosas. Cuando uno de ellos cae o se tambalea, los ingenieros determinan lo que estuvo mal con sus modelos. Algunas veces los resultados son trágicos: cuando la innovadora represa Malpasset al sur de Francia se agrietó gracias a inadecuados modelos geológicos aproximadamente 400 personas murieron. La instalación deportiva Kemper Arena de Kansas City, Estados Unidos, ganadora de muchos premios colapsó sin cobrar ninguna pérdida de vida, tan sólo 24 horas después de celebrar la Convención Americana del Instituto de Arquitectos. Además, desde su nido de águilas yo pienso que Gideon puede ver el famoso puente tambaleante que atraviesa el Támesis. ¿Es ésta realmente una crítica condenatoria de las leyes físicas?

Pero, por supuesto, nuestros conocimientos de las leyes de físicas no tienen la culpa. El problema es la dificultad de modelarlas en un mundo con vendavales, la arcilla se deshace y los contratistas son propensos a errores. En pocas palabras, los edificios, así como las instituciones económicas, se mantienen erguidas no debido a nuestro conocimiento de las leyes que los rigen, sino porque ellos han sobrevivido a un proceso de juicio y error en un mundo complejo.

Las instituciones económicas son más complicadas y únicas que cualquier edificio. No es de extrañar ese progreso es tan difícil. Pero Gideon es muy rápido en descartar los “modelos y ecuaciones”. Estoy de acuerdo en que los modelos macroeconómicos han demostrado ser bastante inútiles. También estoy de acuerdo en que los economistas, así como los historiadores, sociólogos, científicos políticos y los columnistas de periódicos, crean terribles pronosticadores. Pero pocos economistas académicos se molestan en tratar, y pronostican modelos que representan una pequeña porción de matemáticos desarrollados por los economistas.

Por instancia, ¿qué de la famosa contención por parte del economista Steven Levitt y su coautor John Donohue, que legalizó el aborto en E.U. y redujo la tasa del crimen alrededor de 18 años más tarde? En cambio, la hipótesis ha sido evaluada estadísticamente con cierta ingenuidad; los modelos estadísticos por sí mismos han sido refutados, apartados, no dan la talla en algunos respectos, usando data alternativa doblemente comprobada y evaluada contra la experiencia en otros países. El debate continúa. ¿Es este proceso lo que se llama “ciencia”? No estoy seguro. Pero ciertamente no es una broma ociosa.

Sin duda los economistas pueden aprender de los historiadores, pero no podría abandonarse la búsqueda de regularidades económicas. No está limitado a enfoques económicos tradicionales. Sabemos mucho más acerca de economía gracias al trabajo de Robert Axtell (científico informático), Cesar Hidalgo (físico), Duncan Watts (sociólogo), Esther Duflo (economista que usa el tipo de experimentos controlados, los cuales, de acuerdo a Gideon, no suceden en la economía) y Daniel Kahneman (psicólogo). “Todos ellos usan esos molestos modelos y ecuaciones”. ¿Están receptivos los economistas de corriente dominante a tales invasores? Los mejores lo están. La mayoría no, pero ese es un hecho que tiene que ver con el ámbito académico, no con la economía.

Al menos Kahneman ha sido premiado por sus esfuerzos con un premio Nóbel. (O como Gideon lo pondría, un “Nóbel falso”. El Premio Nóbel en economía fue establecido en 1968, mucho después de la muerte del magnate de la dinamita, a diferencia del premio Nóbel de la Paz a Henry Kissinger, o el premio Nóbel de la literatura negado a Leo Tolstoy.

Mi propio supervisor, Paul Klemperer, es presumiblemente el tipo de economista que Gideon desprecia: un juego teorizador que trata de entender el mundo a través de modelos matemáticos. Qué extraño y arrogante. Pero mi más clara recolección de la enseñanza de Paul es una serie de demostraciones del salón de clases calculadas para minar las predicciones de la teoría del juego y abrir las mentes de sus estudiantes a la posibilidad de que a los modelos les falta algo importante.

Paul usa esos modelos para ayudar a diseñar un remate que aumentó £22.5 millardos para el gobierno británico, y luego ayudó al Banco de Inglaterra a diseñar otro remate que los ayudaría a inyectar liquidez a la banca. Paul no puede pronosticar el futuro, pero los remates, al igual que muchos edificios, hasta el momento puede que hayan quedado bien parados.

Los historiadores manejan la percepción retrospectiva. Es algo maravilloso. Pero no lo único. No me extrañaría que Gideon, intoxicado con las ideas de Niall Ferguson y Herodotus, se haya olvidado de eso.

Las claves

1.  Rol del historiador

 Gideon sabe de economía, pero no hay duda de que él está en lo correcto al indicar que un rol importante del historiador es enfatizar la espinosa particularidad de tiempo y lugar, y la dificultad de producir leyes científicas radicales que de forma precisa describan el complejo mundo social.

2.  Modelos económicos

Paul Klemperer usa esos modelos para ayudar a diseñar un remate que aumentó £22.5 millardos para el gobierno británico, y luego ayudó al Banco de Inglaterra a diseñar otro remate que los ayudaría a inyectar liquidez a la banca. Sin  embargo Klemperer, es presumiblemente el tipo de economista que Gideon desprecia.

Requiere pasos radicales reimpulsar la industria petrolera

Neil Hume

No han sido sólo las acciones que han sufrido una bruta reclasificación durante la década pasada. Así mismo les ha sucedido a las grandes compañías petroleras como BP, Royal Dutch Shell y Total.

En el 2000, el sector dirigió una clasificación de ganancias de casi 15 veces. Ahora este comercia en alrededor de ocho veces y, si los pronósticos de los analistas son correctos, este podría caer hasta casi seis veces las ganancias en los próximos años.

Las razones para este pésimo desarrollo han sido bien documentadas: los crecientes costos y las demandas de mayores impuestos de los países productores, además de la gran escasez de oportunidades globales, han contribuido, de acuerdo a Collins Stewart, analista de Gordon Gray.

El derrame Macondo en el Golfo de México ha dado a los inversionistas otra razón para rechazar el sector. No solamente el desastre ha mostrado los riesgos de la exploración en aguas profundas, este también ha mostrado un dividendo que sobrevivió los $40 dólares por barril y que no necesariamente es a prueba de balas.

Así que, ¿qué pueden hacer los grandes petroleros para detener la degradación y reversar la reclasificación? Claramente, el actual caso de inversión de modesto crecimiento en la producción, los volúmenes, el flujo de efectivo y los rendimientos de los dividendos por encima del mercado, no está funcionando. La pregunta es, ¿qué lo hará?

El analista Theepan Jothilingam de Morgan Stanley, piensa que se necesita una respuesta radical y sugiere un plan de cuatro puntos.

El primer paso y el más importante, es la racionalización de la cartera. Las grandes ligas podrían vender los maduros, campos petrolíferos y petróleo en decadencia, y enfocarse en lo que él llama de “larga vida”, los poco convencionales de bajo declive”, igual que LNG, esquisto, metano de la cama de carbón y exploración de aguas profundas.  

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Bajar dividendos

 Jothilingam dice que la industria petrolera podría reducir fuertemente los dividendos. Argumenta que dicha industria consigue poco crédito para el alto promedio de pagos que proporciona. Por ejemplo, Shell  actualmente rinde un 6% (sobre una base retrospectiva) pero ha rendido menos en el mercado más amplio por sólo 4.5% este año, debido a que los inversionistas están cada vez más preocupados de que los dividendos no son sostenibles. Como tal, él piensa que los inversionistas pueden ser persuadidos de abstener el rendimiento por el crecimiento si éste es acompañado por un plan estratégico sensible.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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