Moderado optimismo sobre la economía mundial

Moderado optimismo sobre la economía mundial

La vasta mayoría de los altos funcionarios de economía que acudan a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington esta semana manifestarán su agrado y celebrarán las mejoras de la economía global, tanto recientes como previstas. Y deberían hacerlo. Al actual repunte sincronizado del crecimiento le ha llevado largo tiempo materializarse y se está dando en el contexto de una volatilidad financiera inusualmente baja.
Por alentador que esto sea, es demasiado temprano para declarar “misión cumplida”. La recuperación no alcanza todavía para obtener el alto crecimiento inclusivo necesario para abordar una larga lista de desafíos económicos, financieros, institucionales, políticos y sociales acumulados.
Además, cuatro factores destacan la necesidad de nada más que un optimismo cauteloso en esta etapa, así como el urgente imperativo de políticas para consolidar y ampliar el reciente progreso a fin de asegurar que no se revierta.

1. Los motores del crecimiento global no han desarrollado raíces estructurales y globales suficientemente profundas. En consecuencia, el repunte del crecimiento actual y esperado es insuficiente para el muy necesario aumento de potencial.

2. Los mercados han hecho algo más que tan solo reflejar en los precios la mejora de la economía mundial. También la han extrapolado al futuro, apuntando a posibles fragilidades financieras si el impulso del crecimiento menguara.

3. La economía mundial todavía enfrenta un problema adicional. Basta contemplar el síndrome de “papa caliente” en los mercados de divisas donde casi ninguna economía avanzada puede y quiere vivir con una moneda significativamente más fuerte. Esto acentúa el ya considerable desafío de adaptarse en forma ordenada y oportuna al continuo ascenso de China, en especial conforme el mundo sigue en su desafortunada caída hacia lo que Ian Bremmer llamó el mundo G-0: o sea, uno que carece de conductores globales y suficiente coordinación internacional de políticas.

4. Y todo esto se da en el contexto de importantes interrogantes sobre el comportamiento de relaciones económicas clave en los países avanzados, desde la productividad, la determinación de los salarios y la dinámica de la inflación, hasta el impacto de la tecnología, la demografía y el cambio climático.

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