El veloz y excepcional despegue de la economía china tuvo su punto de partida en el momento en que Deng Xiaoping, a finales del siglo XX, impulsó un proceso de apertura y reforma. El líder chino llamó a que se promovieran “cuatro modernizaciones” como motor del desarrollo: en la agricultura, la industria, la tecnología y el sector de defensa. Como plataforma previó, igualmente, un profundo y amplio desarrollo de las ciencias.
Los hechos confirman el acierto de la estrategia. De un país atrasado y con gran pobreza, China se ha convertido en una potencia que asombra al mundo. Líder exportador, pasó de un PIB de menos del 2% del indicador mundial a representar casi un 19% del mismo, responsable de un 30% del crecimiento global, segunda economía mundial en marcha al centro del pódium. Encabeza los principales indicadores de ciencia y tecnología. Erradicó la pobreza extrema entre 2013 y 2020.
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Xi Jinping, en su informe al XX Congreso del Partido expuso claramente el futuro de la nación en el que tiene un lugar predilecto la “modernización” integral de la economía y sociedad china. Modernizar fue, desde 2012, la palabra de orden con la que el dirigente chino impulsó un desarrollo económico sustentado en la eficiencia, la innovación y logros extraordinarios en ciencia y tecnología, que sitúan a la nación como actor protagónico en el escenario global. Se trata de una revitalización plena tanto de lo social como de lo económico; en la ideología china no se conciben avances económicos sin impacto relevante en lo social. La estrategia china se centró en lo propio, en la singularidad con la que construye una “modernización socialista con características chinas”. Ni copia ni sugiere que copien. Muestra un ejemplo aplicable por cada nación acorde con sus peculiaridades y decisiones nacionales. Y China, imbuida del concepto de una “comunidad de bienestar” ofrece apoyos y solidaridad. El Programa de la Franja y la Ruta de la Seda, totalmente moderna, es el mas vigoroso ejemplo de la visión global de China.
La “modernización” que promueve Xi se centra en un nuevo concepto filosófico de desarrollo que conlleva amplia apertura, promoción de un comercio basado en reglas y respaldo al multilateralismo. Acorde con la idiosincrasia y tradiciones del pueblo chino la modernización implica cuidar la naturaleza. El concepto “armonía” es intrínseco a la espiritualidad china: armonía entre sociedad y naturaleza, entre regiones, entre etnias y, también, entre naciones.