Modernizadora de México fija la mirada en el poder

<p>Modernizadora de México fija la mirada en el poder</p>

Esta semana, Beatriz Paredes se sentó detrás de una modesta mesa de madera en el desértico estado mexicano de Chihuahua, y le habló a un grupo de políticos reunidos en un curso de entrenamiento sobre su visión del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido cuya dirección asumiría el domingo.

“No estoy pensando en el PRI de ayer, estoy pensando en el PRI de hoy y de mañana”, insistió la mujer de 53 años, envuelta en un largo vestido tradicional blanco.

“Estoy pensando en un partido competitivo en una nueva realidad política nacional  […] en la cual el PRI podrá relanzarse a las elecciones federales”.

La señora Paredes, una veterana del movimiento que gobernó México durante más de siete décadas hasta que finalmente perdiera el poder en 2000, habló como si se estuviera abriendo una oportunidad potencialmente importante para el PRI.

El gobernante Partido de Acción Nacional (PAN), de centro derecha, se ha vuelto más conservador, mientras que el Partido Revolucionario Democrático (PRD), el otro de los tres partidos principales, ha adoptado una retórica cada vez más de izquierda.

El resultado es una brecha que se expande en el centro del espectro político. “El PRI se encuentra con una oportunidad real de ocupar el terreno central de nuevo, y eso es principalmente debido a los errores de sus rivales”, dice Gabriel Guerra, un ex vocero de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, dos ex presidentes y miembros del PRI.

Como la primera mujer que dirige el partido, Paredes representa un cambio obvio y refrescante de sus recientes predecesores masculinos. Con más de tres décadas en el partido, ella también tiene mucha experiencia política.

Sobre todo, dice Fausto Zapata, un miembro influyente del PRI y partidario de Paredes, ella está asociada con la vena más moderada y modernizadora del partido. “Ella tiene una gran capacidad natural para el liderazgo y puede unir al partido”, dice.

El PRI se mantiene como una fuerza política considerable en México, a pesar del apoyo en declive. El partido todavía retiene 17 de 31 gobernaciones y es el único partido con una verdadera presencia nacional.

Sin embargo, persisten dudas sobre la capacidad de la señorita Paredes para reanimar la fortuna electoral de su partido. Una tiene que ver con el desgaste de la institución de presidente de partido con la reciente acumulación de poder de varios gobernadores y congresistas del PRI, un poder que ellos probablemente no estarían dispuestos a ceder.

Otra es la serie de promesas que los analistas políticos dicen que ella tiene que hacer a varios miembros del partido para asegurar su victoria. Pero quizás el desafío mayor sea deshacer la idea en la mente de millones de electores de que el PRI es un sinónimo de corrupción.

No es un secreto que durante décadas el partido mantuviera su agarre en el poder en gran parte gracias a que afiló sus prácticas de compra de votos, conteos manipulados y política de repartir dinero hasta convertirlo en un arte.

Aún hoy, el partido sigue estando dominado por figuras a quienes, con razón o sin ella, muchos mexicanos asocian con la corrupción. El resultado, de acuerdo con una reciente encuesta de Ipsos-Bimsa, es que el PRI continúa teniendo una de las peores reputaciones entre los votantes de cualquier partido.

Jorge Zepeda, un analista político, dice que la única esperanza del PRI de retornar a la lucha es “lavarse la cara”, mediante la purga de esas figuras del partido.
VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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