Modernizar el Estado

Modernizar el Estado

El Presidente Leonel Fernández ha expuesto en varias oportunidades la determinación de su Gobierno de modernizar el Estado, actualizarlo y ponerlo a tono con los avances contemporáneos.

En honor a la verdad, esa debería ser una aspiración de todos los dominicanos, gobernantes y gobernados, para hacer posible que las metas de progreso puedan ser logradas y para que en todos los niveles de la sociedad se perciban en la proporción justa los beneficios de la modernidad y se tenga debida cuenta, también, de las obligaciones que se derivan de la modernización del Estado.

Para modernizar el Estado lo primero que hay que hacer es modernizar al hombre y sus conceptos de lo que es y significa el Estado, teniendo clara la noción de que los avances tecnológicos son, en vez de metas, herramientas esenciales para lograr mejorar las condiciones de vida y progreso en todos los sentidos.

Los dominicanos, no solo y exclusivamente el Gobierno, debemos entender que la modernidad tiende a hacer de uso y alcance comunes aquellas cosas que en principio parecen excepcionales y de acceso privilegiado.

Por ejemplo, si alguna vez el acceso a la computadora, la Internet o las comunicaciones móviles eran privilegio reservado a unos pocos, la modernidad se ha encargado de poner estos recursos del progreso al alcance de todos. El número de teléfonos celulares en manos de la gente en nuestro país puede tomarse como un indicador de modernidad, de sintonía con los avances tecnológicos.

-II-

Ahora bien, la modernidad a que debemos aspirar todos debe tener alcances que desborden el simple acceso a los bienes de consumo que el progreso tecnológico ha puesto en los mercados de manera abundante y como parte de una agresiva competencia comercial.

En términos reales, la gente común tiene más fácil acceso a un computador, un celular o la «web» que a cualquiera de las alternativas de diagnóstico clínico que la tecnología de punta ha puesto en el mercado para permitir la curación de sus dolencias.

Debemos concebir, entonces, una modernidad que le permita al Estado poner al alcance de la gente común aquellos avances tecnológicos que le permitan mantener la salud, optimizar y generalizar los niveles de educación de sus hijos, hacer realmente eficientes los servicios públicos elementales, como el suministro de agua potable y electricidad, y la eliminación de la basura.

La modernización del Estado tiene que revertir la frustración que representa para muchos jóvenes, que después de haber logrado una formación profesional con muchos sacrificios, no encuentran trabajo y tienen que optar por salir del país.

Definitivamente, todos deberíamos ponernos a tono con el interés expresado por el Presidente Leonel Fernández y procurar, insistentemente, que la modernidad no se limite a los conceptos tecnológicos, sino que, fundamentalmente, esté dirigida a aprovechar en beneficio del crecimiento humano todo lo que la ciencia ha puesto a nuestro alcance.

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