Modificación imprudente

Modificación imprudente

Los diputados han cometido una imprudencia  al modificar el artículo 26 del proyecto de  Ley de Regulación Salarial de la Administración Pública, para excluir al Congreso de los controles salariales que pretende esa legislación. Su decisión puede ser todo lo soberana que se quiera, pero peca de tener aristas éticas que deben tener mucho peso a la hora de legislar. El Senado, que elaboró y aprobó esa propuesta en reemplazo de la original sometida por el Poder Ejecutivo, tuvo la delicadeza de dejar al Congreso bajo la autoridad reguladora de esta ley.

Hay  razones sobradas para procurar que los sueldos y otros pagos de la administración pública estén regulados por una ley que procure la necesaria equidad y sobriedad. Los ingresos de los legisladores son la mejor muestra de esta necesidad imperiosa. Los privilegios de diputados y senadores en materia de ingresos resultan irritantes. Para apuntalar esos privilegios fue que los diputados llegaron al extremo de introducir la modificación del proyecto de ley de salarios.

Presumimos que el Senado retomará el proyecto y eliminará los  cambios hechos por los diputados, para desmontar así lo que se entiende como una aberración intolerable. La regulación del salario público es un paso necesario para instaurar la equidad y para cortar irritantes ventajas que se traducen en un derroche a costa del erario.

Cautela con Loma Miranda

Toda concesión de explotación minera plantea el riesgo de crear pasivos ambientales muchas veces irreversibles, perjudiciales para importantes ecosistemas. En el caso de Loma Miranda y el interés de una firma extranjera por explotar ferroníquel, la Academia de Ciencias y varias organizaciones ecologistas advierten del riesgo de afectar la producción de agua para irrigación y consumo humano, y las especies de fauna y flora de la zona.

 Es necesario, pues, que las autoridades con facultad para autorizar esa explotación valoren previamente los riesgos posibles y las garantías demostrables de reparación de pasivos ambientales. El país no ganaría nada si la extracción del mineral dejara  daños ecológicos irreparables. La minería tiene que ser amigable con el ambiente para que las zonas explotadas puedan sentir que se han beneficiado de ella. A proceder con cautela en Loma Miranda.

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