Si somos una sociedad cristiana, entonces hay que creer que todo el mundo se merece una segunda oportunidad”, estas fueron de las primeras palabras de Juan Manuel Moliné Rodríguez, tras salir de prisión luego de cumplir su condena de 20 años, por su complicidad en el asesinado del niño José Rafael Llenas Aybar, muerto de 34 puñaladas en mayo de 1996.
Pero las primeras expresiones que salieron de su boca fueron palabras de perdón para la familia del niño.
“Yo quiero pedirle perdón una vez más a la familia del niño, yo quiero pedirle perdón a la sociedad porque yo actué de una manera equivocada en una época que yo era un adolescente y mi falta de experiencia me traicionó”, dijo el exconvicto, quien acabada de llegar a su residencia junto a sus padres directo desde el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo-Hombres.
Aseguró que no es la misma persona que llegó a la cárcel en 1996 y que los 20 años que estuvo privado de su libertad lo usó para reflexionar meditar “y para aprender de los errores que yo he cometido”, reiteró su arrepentimiento.
“Como ustedes ven yo cumplí la totalidad de mi pena y yo hice esto con la esperanza de que cumplir la pena completa iba a traer un poco de tranquilidad y paz a las personas que se vieron lastimadas por este hecho. Yo fui responsable, acepté mi culpa y el castigo que la sociedad me impuso y lo cumplí diligentemente día por día, sin ningún privilegio y fruto de ese esfuerzo hoy obtuve mi libertad”, declaró Moliné.
Al cuestionarle de cómo fueron sus días en la cárcel y cómo se sostuvo, su respuesta fue Dios.
“Mi familia, mucha gente que creyó en mí y decidió darme una segunda oportunidad y esa segunda oportunidad viene en confiar y creer que uno puede cambiar. Si somos una sociedad cristiana, entonces hay que creer que todo el mundo se merece una segunda oportunidad”, dijo el hoy hombre de casi cuarenta años, quien no negó sentirse nervioso.
¿Por qué? Han pasado 20 años del horrendo crimen por el que fue condenado por a 30 años de prisión Mario José Redondo Llenas, la pregunta que todavía hace la sociedad es ¿qué los motivó?
“Eso tienen que preguntárselo a quien asestó las 34 puñaladas, no yo, no fui yo, no fue lo que yo hice, no fue por lo que a mí me condenaron”, contestó Moliné.
Al insistirle sobre cuál fue su participación en la desaparición y asesinato del niño Llenas Aybar, quien para ese entonces tenía apenas 12 años, remitió a los expedientes. “Ya eso está todo descrito en los expedientes judiciales”.
En ese entonces se tejieron varias versiones sobre qué había motivado a dos jóvenes de clase media a quitar la vida de manera tan vil a un niño, primo de uno de sus verdugos. Una de ellas era el secuestro para pedir una recompensa. También se habló de un rito satánico.
Se vinculó también a la familia diplomática argentina de Luis Palma y Teresa Meccia, pero no se estableció su responsabilidad en el caso.
Moliné Rodríguez y Redondo Llenas fueron apresados el 5 de mayo en 1996, dos días después de que el niño fuera reportado como desaparecido, y uno después de ser encontrado muerto con 34 heridas de arma blanca en su espalda. Ambos habían participado en la búsqueda del menor, y luego lloraron la muerte con los parientes.
Ayer justo a las 2:30, Moliné, quien cumplió de manera exacta la pena que se le impuso, dejó la que fue su casa.
Dijo que dedicará un tiempo para estar con su familia, “tratar de estar en paz y a tratar de reencontrarme conmigo mismo en esta nueva sociedad”.