Molitor, un Salón de la Fama para despertar a los Mellizos

Molitor, un Salón de la Fama para despertar a los Mellizos

En el deporte profesional de Estados Unidos, los Mellizos de Minnesota han sido un modelo de estabilidad. Con sus credenciales de miembro del Salón de la Fama, Paul Molitor es apenas su tercer piloto en casi tres décadas.

Con numerosos prospectos, los Mellizos son un equipo a punto de entrar en ebullición pero que probablemente repita en el último lugar dentro de una división cada más fuerte. Molitor busca imponer disciplina en el vestuario.

Una medida es prohibir que los jugadores usen sus teléfonos y tabletas móviles 30 minutos antes del primer lanzamiento y hasta el final del partido. Sólo un puñado de jugadores elevados al Salón de la Fama aceptó el desafío de dirigir equipos.

Los antecedentes de Ted Williams, Yogi Berra y Frank Robinson no presagian un porvenir exitoso para Molitor.

Durante sus cuatro años como piloto de los Senadores de Washington y los Rangers de Texas, Williams acumuló un porcentaje de victorias y derrotas de .429. Berra ganó 99 juegos cuando debutó como dirigente de los Yanquis de Nueva York en 1964, pero lo despidieron tras perder la Serie Mundial ante los Cardenales de San Luis ese mismo año.

Luego de conducir a los vecinos Mets entre 1972-75 con porcentaje de .497, regresó al Bronx en 1984 y el dueño George Steinbrenner lo echó tras apenas 16 juegos en 1985. Robinson asumió la doble función de jugador y mánager con los Indios de Cleveland en 1975.

Fue el Mánager del Año de la Liga Americana en 1989, pero nunca clasificó a sus equipos a los playoffs al conseguir un porcentaje de .475 a lo largo de 16 temporadas.

El más reciente miembro de Cooperstown en tomar las riendas fue Ryne Sandberg, quien tuvo foja de 73-89 el año pasado en su primera temporada completa con los Filis de Filadelfia.

Bob Lemon es tal vez el que mejores resultados logró con un porcentaje de .516, consagrando campeones a los Yanquis en 1978 luego de sustituir en plena campaña a Billy Martin. “Mientras más te alejas de tu tiempo como jugador, adquieres una mejor perspectiva sobre ser un maestro e instructor”, dijo Molitor.

“Como en muchas cosas, el tiempo te ayuda a tener una mejor perspectiva. No creo que tendré problemas, para ser franco. Puede ser por todo el tiempo que llevo instruyendo a prospectos o porque ha pasado tanto tiempo desde que era jugador”.

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