Momento de inflexión

Momento de inflexión

Mientras seguimos atentamente los acontecimientos que se desatarán en Honduras, y la estratégica aventura colombiana de los señores Obama y Uribe, vamos a referirnos a los acontecimientos de nuestro país.

La situación económica se agrava; el gobierno reitera su vieja actitud de apelar  a todas las formas de endeudamiento para mantener su ritmo de gastos, manteniendo sus 600,000 empleados, la mayoría botellas.  Asimismo, el presidente atribuye a la oposición las denuncias de corrupción, alentando su  creciente ejército de corruptos. Todo esto mientras se profundiza el desastre eléctrico, la salud, educación, agua potable, obras prioritarias, seguridad ciudadana y demás aspectos que afectan directamente a las y los ciudadanos.

El país cambia. Los jóvenes y los campesinos están derrotando al gobierno en su intención de favorecer a sus amigos de la cementera de los Haitises; las mujeres, pulseando con el cardenal en lo referente al aborto terapéutico y el país  llenándose  de nuevas protestas, huelgas, marchas y todo tipo de luchas.

En la penúltima encuesta, el único que se salva es Melanio Paredes, a quien la ciudadanía le reconoce el esfuerzo que realiza por hacer lo máximo con un presupuesto pírrico. En todo lo demás, al gobierno le dieron una pela: por su descuido de todas las obras prioritarias locales, auge del narcotráfico, percepción negativa de la economía, el desastre eléctrico, el control de la emigración ilegal, la lucha contra la delincuencia, la salud pública. La ciudadanía le dijo al gobierno, en una proporción entre el 70 y 80%, que su gestión ha sido mala o regular.

En la misma encuesta, el 82% afirma que la economía esta negativa, planteando mayoritariamente que sus principales problemas son los del alto costo de la vida, los apagones y el desempleo. Asimismo, reclaman un incremento de la inversión del Estado en salud y educación.

Lo principal del momento es el involucramiento de los jóvenes y el cambio de actitud de las mujeres y de multitud de nuevas comunidades, que espontáneamente organizan huelgas, marchas y otros actos de resistencia.

El gobierno del Dr. Leonel Fernández envejece con los días,  asediado por las gentes. Lo que falta es oposición firme e información veraz al pueblo. Si este empieza a escuchar voces creíbles y firmes, su actitud ante el gobierno se endurecerá.

Hay que definir las nuevas tareas políticas y organizativas que la situación demanda, y definir con precisión aquellas actitudes, métodos y formas de concebir la acción política que deben ser abandonadas.

El PRD se fortalecerá pero no es el camino. El pacto personal con el Dr. Fernández, para garantizar intereses comunes, reclama de otra oposición, diversa, pero seria y firme.

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