A las once de la noche del 11 de junio de 1964, Rafael Dalmau (Mencho), ya fallecido, un pintoresco fotógrafo que laboró en el diario El Caribe, se disponía a beber un trago cuando de repente una fuerte explosión le hizo caer el vaso de la mano derecha. Atónito exclamó: “Pero bueno, está temblando la tierra”.

Los amigos que estábamos con él en la mesa en el pequeño bar La Estera, en la calle Isabel La Católica, frente al parque Colón, salimos presurosos y cuando nos dirigíamos al periódico pudimos escuchar repetidas explosiones y ver enormes llamas que iluminaban el horizonte desde la margen oriental del río Ozama.

El polvorín de la antigua base militar 27 de Febrero, ubicado en el populoso sector de Villa Duarte, hizo explosión diez meses antes de producirse el conflicto armado de abril de 1965.

En esos momentos estelares que vivieron los residentes de la zona intramuros, la explosión causó varios muertos y heridos, como consecuencia de los estallidos de los depósitos de municiones y otros materiales bélicos pertenecientes al Ejército Nacional. Establecimientos comerciales fueron afectados por las explosiones al romper vitrinas y puertas.

No fue hasta las primeras horas de la mañana del 12 de junio que los periodistas pudimos entrar al lugar donde todo era confusión, y los militares mantenían un estricto cordón de seguridad en los alrededores del campamento.

El presidente del Triunvirato, doctor Donald Reid Cabral, visitó temprano el recinto y me declaró que posiblemente “manos criminales habían realizado actos de terrorismo”.

Un alto oficial que había sido uno de los firmantes del documento que se publicó para justificar el golpe de Estado, dijo al lado de Donald: Eso es seguro un sabotaje”.

Los rumores que circularon en toda la ciudad atribuían la explosión a las diferencias existentes entre los mandos militares, después del derrocamiento de Juan Bosch.

Sin embargo, todo quedó en que la explosión se produjo por las malas condiciones de los depósitos en que se encontraban los materiales de guerra.

La explosión del polvorín fue otro de los momentos estelares que vivió el país tras el derrocamiento del gobierno constitucional, en 1963.