LONDRES (AP).- Goles de Hugo Ibarra y Fernando Morientes levantaron ayer miércoles de la lona al Mónaco, al remontar un marcador adverso para empatar 2-2 en el campo del Chelsea y se clasificó a la final de la Liga de Campeones.

Chelsea, que había perdido 3-1 el choque de ida hace dos semanas, salió como tromba y se puso adelante 2-0 en su estadio Stamford Bridge.

El islandés Jesper Gronkjaer y Frank Lampard habían adelantado al Chelsea con sus tantos a los 22 y 44 minutos, respectivamente, y que presagiaban una goleada fulminante.

Pero el Mónaco volvió a sacar su casta de equipo que nunca se rinde.

El argentino Ibarra logró desconetar en los descuentos del primer tiempo, mientras que el español Morientes, la figura indiscutida del equipo del principado, marcó el gol de la igualdad a los 60.

Ahora, el Mónaco disputará la final del campeonato europeo de clubes con el Porto el 26 de mayo en la ciudad alemana de Gelsenkirchen. Los portugueses eliminaron el martes al Deportivo La Coruña.

Mónaco nunca ha ganado la Copa, mientras que el Porto lo hizo en 1987.

El partido en Londres arrancó con un ritmo infernal con llegadas de parte y parte, aunque Chelsea estuvo siempre más cerca del gol.

Los «Blues» amenazaron inmediatamente después que el árbitro Anders Frisk pitó el vamos, con ocasiones propicias para el holandés Jimmy Floyd Hasselbaink y Joe Cole en el primer cuarto de hora.

Chelsea vulneró la portería del Chelsea cuando Gronkjaer dominó un pase de Mario Melchiot servido por la derecha y desde fuera del área sacó un disparo en comba que se anidó en el ángulo superior derecho del marco defendido por Flavio Roma.

El gol sólo sirvió para hacer más entretenido el partido, porque el Mónaco –tal y como hizo cuando eliminó al Real Madrid en la ronda previa– no se amilanó.

El «Moro» Morientes se perdió el empate a los 25, cuando su remate a boca de jarro pegó en la rodilla de un defensor y luego chocó en un poste. El mismo Morientes tuvo otra oportunidad a los 40 cuando remató desviado cuando sólo tenía enfrente al arquero.

Chelsea siguió pisando el acelerador: un disparo del islandés Gudjohnsen pegó en el travesaño a los 33, mientras que Roma tapó con su cuerpo un remate a quemarropa de Lampard a los 35.

El segundo tanto del Chelsea vino en una bonita combinación de pases entre Melchiot y Gudjohnsen, con Lampard encargándose de ponerla adentro.

El gol de Ibarra, un defensa que se disfrazó de delantero, no pudo caer en mejor momento –justo antes del descanso– ya que paró en seco la euforia de los ingleses que creían tener noqueado al Mónaco.

Tras un centro de Morientes por la izquierda, Ibarra saltó a destiempo, la pelota dio en en el poste y seguido reboteó en el cuerpo del argentino para finalmente entrar al fondo.

Morientes selló la clasificación del Mónaco, al combinarse con el argentino Lucas Bernardi, y definió con un remate rasante a 30 minutos del final.

Ello puso el partido cuesta arriba para el Chelsea, necesitado de marcar tres goles, algo casi que imposible a esa altura.