Monchy siendo Monchy

Monchy siendo Monchy

Los que no están de acuerdo con la extensión de la vigencia de los permisos de residencia a los 143 mil extranjeros, en su mayoría haitianos, que se acogieron al Plan de Regularización lo hacen porque son racistas y no quieren saber de los prietos.  Así respondió el Ministro de Interior y Policía, cultor de  una retórica  que privilegia la descalificación del contrario a la confrontación de ideas y argumentos, a los críticos de la decisión del Gobierno, con la que según  Monchy Fadul el país se ahorró entre 200 y 300 millones de pesos. “La cuestión es porque ven que son de color oscuro o prietos; eso es lo que molesta. Si fueran rubios ojos azules no estuvieran estas críticas, porque en el fondo lo que hay es un racismo con el cuestionamiento”. El funcionario no dijo cómo llegó hasta  ese “fondo” (ojalá no se haya llevado de la percepción), es decir a esa conclusión tan tajante y sin excepciones, pues no todo el que en este país está preocupado por las implicaciones y consecuencias de esa decisión y se atreve a decirlo públicamente (porque ahí es donde está el problema) merece ser catalogado de racista. ¿O es obligatorio estar de acuerdo con todo lo que hace o deja de hacer el Gobierno, bien se trate de política migratoria o de su manifiesta incapacidad para   garantizar la seguridad ciudadana?   Habrá que ver si Pelegrín Castillo y el exjuez Juan Miguel Castillo Pantaleón, que calificaron de inconstitucional  la prórroga, se dan por aludidos y caen en la trampa de enredarse en un tema –el racismo– que no   está en discusión, o asumen las declaraciones de Monchy Fadul como lo que realmente son: otra expresión más de la intolerancia patológica de ciertos funcionarios peledeístas que, por destemplada, ni siquiera vale  la pena responder.

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