Moneo prestigiaría RD con trabajo ruinas San Francisco

Moneo prestigiaría RD con trabajo ruinas San Francisco

En el pasado diciembre la noticia de que Moneo era de un grupo de arquitectos que iba a dar una charla en una universidad del país no fue algo que trascendió mucho, tanto así que la foto del afiche que colgó en su muro de Facebook el director de la escuela de arquitectura de ese centro de estudios, el amigo Elmer González, provocó una reacción de alguien que me causó risa.

Comentaba sorprendido, pero ese Moneo, es Moneo, Moneo que viene para acá.

Claro, Rafael Moneo no es un arquitecto común y corriente, es uno con un Pritzker, el galardón más importante que se le da a un profesional de la arquitectura en el mundo.

Ese premio obtenido por él en 1996, se le considera el Nobel de la arquitectura, solo los muy grandes lo reciben y Moneo es el único español que lo tiene, pero no solo este, también en su haber está el sumamente apreciado Mies Van der Rohe ganado en el 2001 y el Príncipe de Asturias en el 2012, lo que lo hace ser indiscutiblemente alguien muy bueno en su área.

Y más si se le suma que duró 15 años siendo el decano de arquitectura de la universidad de Harvard y que tiene una lista inmensa de obras producidas y exitosas. Moneo es un arquitecto de concepto, dice buscar con su arquitectura la durabilidad y el diálogo con la evolución histórica. Sin duda alguna estamos ante un experto.

El nombre del arquitecto reaparece en la escena del país, ahora con más fuerza y con la noticia de que ganó un concurso para rehabilitar las ruinas de San Francisco. Se empiezan a ver las primeras imágenes en perspectivas y renders de lo que será esta obra que ya tiene fecha de inicio, el mes que viene.

Deberíamos estar muy orgullosos de que un profesional tan calificado intervenga y deje su sello en una obra en nuestro lar. Con el mundo globalizado de hoy, se nota mucho más que antes, que diseños de arquitectos famosos recorran el mundo.

Reacciones contrarias. Se pensaría que somos afortunados, que nos ha tocado la suerte de que uno de los maestros de la arquitectura del mundo actual deje un legado reposando en nuestra tierra, pero las reacciones de la mayoría de la gente y de los arquitectos dominicanos no ha sido positiva ante las imágenes que han salido a la palestra de lo que va a ser el proyecto.

La consecuencia no creo que sea celo profesional, ni patriotismo, se trata de que el proyecto se realizará en la zona colonial, espacio declarado Patrimonio de la humanidad en el año 1990 por la Unesco.

Más de 300 edificios coloniales que datan desde 1502 su construcción reposa en sus áreas. Una de estas es la del antiguo convento de San Francisco, hoy en ruinas, pero que aún conserva parte de sus estructuras y su belleza.

Intervenir en zonas de edificios viejos, creando nuevos con estilos actuales, o adaptar espacios modernos a los mismos siempre trae controversia, y ejemplos hay muchos.

A inicios de los 70 el Centro Pompidou se erigió en París de la mano de Renzo Piano y Richard Rogers, y las criticas no se hicieron esperar.

El Guggenhein de Bilbao, España, de Frank Ghery, uno de los arquitectos estrellas del mundo, también causó roncha cuando sus formas decontructivistas con piel de titanio irrumpieron abruptamente en un barrio de edificios de diseño clásico. El Kursaal en San Sebastián, una de las obras cumbre del mismo Moneo, sin ser una estructura estridente causó sus efectos en la ciudad al romper con el entorno.

Intervenciones en edificios viejos también polemizaron cuando se realizaron, La Casa Hass, de Hans Hollein, en Viena, Austria, o el Hearts de Nueva York, del extraordinario arquitecto inglés sir Norman Foster han causado su efecto y críticas.

Sin embargo, hoy todos estos edificios son obras trascendentes… emblemáticas, admiradas, aprobadas y visitadas por turistas de todo el mundo y sus arquitectos han ganado luego de ellas el fabuloso Prizker.

Discusiones arquitectónicas. En el pasado congreso del Codia sobre arquitectura y construcción, el orgullo dominicano, doctor en ingeniería, Feniosky Peña Mora, quien dirige el departamento de ingeniería y diseño de la ciudad de Nueva York, mostraba cómo parte de los esquemas de hacer esta ciudad perdurable con el tiempo se construyen hoy estructuras de vanguardia adosadas a bibliotecas que funcionan en viejísimos edificios.

Asimismo, mostraba las imágenes de cómo sus fachadas de un tiempo y otro se adaptaban de forma magistral, y en su interior se estructuran amplios centros de investigación con los libros físicos, e integrado a los esquemas de todas las de la ley de la tecnología de hoy. Me encantó esta iniciativa de conservación de estas infraestructuras y lamenté que decisiones así no se tomasen acá, como en el caso del Hospital William Morgan demolido recientemente y que era un ejemplo de excelente arquitectura moderna hecha por el arquitecto Marcial Pou Ricart.

De hecho, nos estamos quedando sin patrimonio arquitectónico por la cultura nuestra de demoler, pero en el caso de la intervención de las ruinas de San Francisco tiene sus particulares.

El inmueble no es un simple edificio deteriorado y viejo, o una ruina de un barrio antiguo, es un monumento histórico. No conozco ningún caso de rehabilitación de un monumento colonial y que sus fachadas hayan sido readecuadas.

Pero sí sabemos de las previsiones que se hacen para estos casos, y que reposan en las memorias de los Congresos de arquitectos (CIAM) desde 1928 con su carta de Atenas de 1931, como también los múltiples tratados internacionales elaborados vía los seminarios Icomos, y que se registran muy bien todos sus puntos en la que comienza diciendo lo siguiente.

“Las obras monumentales de los pueblos, portadoras de un mensaje espiritual del pasado, representan en la vida actual el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de los valores humanos, las considera patrimonio común reconociéndose responsable de su salvaguardia frente a las generaciones futuras”.

Precisamente, el Icomos en la República Dominicana, para este caso particular, ha dado su opinión al respecto y advierte “que las Ruinas del Monasterio de San Francisco no deben ser alteradas de la manera que se pretende en el proyecto ganador de la licitación “Diseño, Supervisión y Dirección de las Obras del Proyecto Ruinas de San Francisco y Entorno”, debido al peligro en que se encuentra ese patrimonio del país, como lo revela un estudio realizado”.

Respaldo de manera personal estas opiniones, no como secretario general de la Sociedad de Arquitectos de República Dominicana que soy actualmente, nuestra institución tomará una posición oficial próximamente.

Gente muy apreciada por mi avala esta intervención, obviamente colaborar con un arquitecto de la talla de Moneo es un orgullo para cualquier profesional de la arquitectura dominicana y de cualquier parte del mundo, quizás con mi opinión hiera algunas susceptibilidades entre alguno de ellos.

Plataforma Arquitectura, actualmente la más importante web sobre el tema, reseñaba en estos días una información sobre los 20 barrios más bonitos de América Latina, y ahí estaba la Zona Colonial de República Dominicana.

El Gobierno dominicano a través del Ministerio de Turismo, junto a inversión privada, han colaborado recientemente a esto con el mantenimiento y mejora de los edificios que recorren esta área. Un excelente plan de fomento de turismo.

Soy un arquitecto que creo en la evolución, en las adaptaciones y en el progreso en general, pero hay que tratar con mucho cuidado los monumentos y patrimonios históricos. Nuestra ciudad es la primada de América.

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Controversia

Intervenir en zonas de edificios viejos, creando nuevos con estilos actuales, o adaptar espacios modernos a los mismos siempre trae controversia, y ejemplos hay muchos. A inicios de los 70 el Centro Pompidou se erigió en París de la mano de Renzo Piano y Richard Rogers, y las criticas no se hicieron esperar.

 

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